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Esa década finalizó en 1880, con un último cuartelazo (en ese decenio, claro está). Las ansias de poder del presidente Cándido Bareiro, con diversas rebeliones, solo le valieron estar dos años en el mando, pues la muerte le impidió cumplir con su mandato constitucional.
A inicios del mes de septiembre de 1880, no trascendió que sufriera enfermedad alguna, por lo que constituyó una sorpresa la noticia del fallecimiento del presidente Bareiro el 4 de septiembre de 1880. Con su muerte, Adolfo Saguier, en su carácter de vicepresidente de la República, debió suplirlo, según los mandatos constitucionales.
Sin embargo, los preceptos de la Carta Magna de 1870, una vez más, fueron dejados de lado y se tejieron maniobras para impedir que el Vicepresidente asumiera el poder. El principal protagonista de esa operación fue el ministro del Interior, Bernardino Caballero, en colaboración con otros colegas suyos. Se tramó invitar al vicepresidente Saguier a pasar por los cuarteles para asumir la Presidencia; sin embargo, el ministro de Guerra y Marina, coronel Pedro Duarte, lo secuestró y lo obligó a renunciar al cargo, a cambio de su vida.
Saguier renunció sin oponer resistencia; inmediatamente el general Caballero lanzó un manifiesto al pueblo en el que comunicó que a causa del fallecimiento de Bareiro, dispuso tener “el deber de mantener el orden y la tranquilidad inminentemente amenazada”, por lo que “…me he puesto al frente de las fuerzas nacionales… Asumo gustoso esta responsabilidad en nombre de la salvación de la patria y de las instituciones…”.
Con la llegada del general Bernardino Caballero a la Presidencia, el Paraguay volvió a tener a un militar como mandatario, después de diez años de inútil experimento de organización política. Se puede deducir que los civiles inmiscuidos en el poder de la época de posguerra estuvieron enmarañados en el espantoso juego de las intrigas políticas que forjaron vanas rebeliones de penosas consecuencias. El golpe del cual fue víctima el vicepresidente Adolfo Saguier fue una estampa más de aquella década de posguerra, caracterizada por el irremediable auge de las rebeliones.
El autor del libro “Las guerras civiles entre 1870 y 1880”, Erasmo González, doctor en Historia por la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, nació en Luque el 14 de septiembre de 1975. Obtuvo el título de profesor y licenciado en Lengua Guaraní por el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní. Realizó el curso de Didáctica Universitaria en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Asunción.
Como autor, participó en la Colección Protagonistas de la Historia del Paraguay con la biografía “Bernardino Caballero: el caudillo prominente”.
Publicó asimismo, “El Gobierno de 1936 y su proyecto de identidad nacional”. Es coautor de la publicación Historia de las Industrias, editada por el Ministerio de Industria y Comercio. Participó en jornadas internacionales con ponencias referentes a la Historia Paraguaya.
Ejerce la docencia en instituciones educativas nacionales de Asunción y el departamento Central.