Cargando...
Noche de sábado, con el Centro de Convenciones de la Conmebol repleto de público, a las 22:00, salía al escenario Mirta Bertotti, personaje interpretado por Gasalla en la comedia “Más respeto que soy tu madre”. Desde el instante mismo de su aparición, el humorista argentino se posicionó como centro de atención, presentando a los integrantes de la familia Bertotti y la situación complicada por la que estaban atravesando a raíz de la crisis financiera argentina del año 2000. Zacarías, el marido sin trabajo en sus conflictos con Caio, el hijo adolescente drogadicto, y Sofía, la hija menor de 14 años, ya iniciada en el sexo, ponía a pruebas la capacidad mediadora de Mirta, con ocurrentes salidas. Nacho, el mayor de los hermanos, de ejemplar comportamiento, sorprendía a su madre, quien a raíz de una llamada telefónica que se liga descubre la tendencia gay de su hijo. Américo, el suegro vicioso, aportaba dosis de humor a la compleja convivencia familiar. Manejada con picardía y naturalidad, las complicaciones que se presentaban iban potenciando la figura central del personaje encarnado por Gasalla. Sus gestos, sus parlamentos y su energía delataban una entrega absoluta al espectáculo de mucha agilidad, sin baches ni escenas tensas. Incluso, los cambios de vestuarios de Gasalla se producían detrás de un biombo negro, en el mismo escenario, sin dejar de hablar un solo instante de la hora y media que dura el show.
La adaptación teatral del libreto mostró gran dominio del espectáculo al momento de las transiciones que fluían de una situación a otra manteniendo los hilos de una historia bien contada. Dejó claro, además, que la sutileza artística es capaz de tocar temas tabú como la drogadicción, el proxenetismo o el homosexualismo, convirtiéndolos en cuadros reideros. Acompañado de un elenco muy idóneo compuesto por Enrique Liporace (Zacarías), Juan Carlos Puppo (Américo), Nazareno Mottola (Caio), Esteban Pérez (Nacho) y Mariana Melinc (Sofía), Antonio Gasalla justificó plenamente ante el público paraguayo las críticas positivas y los premios logrados en los cuatro años de vigencia de “Más respeto que soy tu madre”. La actuación de anoche, también con teatro lleno, permitió a los espectadores apreciar el despliegue escénico de una figura consagrada que tiene su podio en la calle Corrientes de Buenos Aires. Y que bien merecido lo tiene.