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La muestra se inauguró el pasado jueves 6 en esta galería ubicada en el distrito 7 de París, donde están también la torre Eiffel y Les Invalides.
Rolandi retornó a París con esta muestra. Había obtenido su Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad de París VIII. Es Docente del Instituto Superior de Bellas Artes y actualmente vive y trabaja en Areguá donde dirige su propia galería de arte.
Acerca de las obras, el periodista y docente Ángel Luis Carmona dijo que se mueven en una franja fronteriza entre lo abstracto y lo figurativo, “una frontera hecha grises y colores apagados, de texturas esponjosas y volátiles, pero densas y dramáticas como humo sucio”.
“En una primera impresión parecen trabajos completamente abstractos, pero algo nos obliga a una segunda mirada más incisiva, más atenta, como si tuviéramos la sensación de que algo se escapó de la primera percepción y efectivamente es así: inasible, irreconocible, huidizo, algo que cuesta identificar se esconde tras las espesas texturas que ocupan los primeros planos”, señala Carmona.
Los cuadros inicialmente eran paisajes figurativos que fueron transformados. “Tomando prestada, para parafrasearla, la clásica y paradójica expresión ‘naturaleza muerta’, se podría decir que los cuadros de esta exposición son naturalezas agónicas, que no muestran la belleza perdida de lo destruido, sino el cataclismo agónico de la destrucción misma”, dice Carmona.