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El libro es un homenaje de la Real Academia Española (RAE) al Quijote académico de 1780, impreso por Joaquín Ibarra, y cuenta con prólogos de Darío Villanueva, secretario del organismo, y de Pérez-Reverte.
La edición ofrece una lectura lineal de la trama central de la novela de Cervantes, respetando la integridad del texto fundamental.
Incluye dibujos originales inéditos que no llegaron a incluirse en la edición de 1780, entre ellos una ilustración de juventud de Francisco de Goya.
Según un despacho de la agencia EFE, Pérez-Reverte ha leído el “Quijote” con la mirada de un joven de quince años antes de adaptar la gran obra cervantina.
El “Quijote”, dice Pérez-Reverte, “es un factor de unidad a ambas orillas del Atlántico, y, por desgracia, su lectura solo es obligatoria en seis de los países de habla hispana”.
Esta edición popular del “Quijote” puede ser “una magnífica herramienta de trabajo en la enseñanza”, aseguró Pérez-Reverte, que ha respetado “al máximo” el texto de Cervantes, si bien, para facilitar su lectura, ha eliminado “todo aquello que no fuese estrictamente narrativo y que rompiera la línea argumental principal. Esta edición popular no sustituye a la versión íntegra, pero sí es una puerta para posteriores lecturas”.