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Al culminar el 2016, la artista hace un balance y evalúa tanto su carrera como su proyección como pianista internacional. Esta nueva gira no fue para nada fácil para ella y es algo que pudo lograr con base en mucho esfuerzo. “Yo tengo una dedicación completa a esto; las 24 horas del día vivo para y con la música. Pero todo trabajo siempre tiene su recompensa y, para mí, es salir al exterior y mostrar mi trabajo, mi talento, mi música. Me siento muy feliz con la carrera que estoy llevando. Estos años he logrado lo que siempre me imaginaba desde pequeña”, reflexionó.
Para Chiara, además de que tocar en el exterior sea un orgullo, es también una responsabilidad, porque “hay que dejar la mejor impresión de nuestro país en el exterior”, indicó, al tiempo de señalar que aunque con algunos públicos haya una conexión instantánea, con otros es más difícil.
“En un mundo en el que vivimos a full con actividades y a mil por hora, en el que las correrías y tecnologías están a la orden del día, poder bajar los cambios a la gente en una sala con luz tenue y todos en silencio prestando atención y, en mi caso, solo a una persona sentada frente al piano, es muy difícil y un gran desafío. Todo esto hace más difícil nuestra tarea como artistas. Tenemos que aprender a convivir con eso”, subrayó.
No obstante, una gran satisfacción para ella es poder llevar la música paraguaya a todos los países a los que va, lo que representa para su vida algo muy hermoso.
“La verdad es que muchas veces me quedo asombrada por la repercusión que toma cada vez que toco música académica o erudita paraguaya”, mencionó.
Afirmó que “lastimosamente nuestra música aún no es muy conocida en el mundo y menos aún la música para piano clásica, o erudita o académica”.
En este sentido, siente que es importante su trabajo, porque puede hacer conocer un poco de la historia, acerca del compositor u otro dato curioso antes de cada obra; incluso, muchas veces, son estrenos. “El escuchar las devoluciones del público también me llena de orgullo”, dice.
Además, la pianista espera que otros jóvenes talentos puedan también perseguir sus sueños, para que el arte paraguayo sea más visible en el mundo. “El camino es muy largo y difícil; nada viene servido en una bandeja de plata o como pan comido. Hay que luchar. Aliento de corazón a todos los jóvenes a luchar por sus sueños con un gran trabajo por detrás, y el compromiso de ser mejores y superarse cada día”.
Finalmente, Chiara espera al 2017 con un montón de cosas por hacer, así como “seguir creciendo, seguir perfeccionándome, llegar a nuevos lugares y conquistar nuevas audiencias. Por otro lado, espero a comienzos de año grabar mi CD”.