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En setiembre pasado, Agustina Torres (16), Annette Thissen (15), Jimena Figueredo (12), Ana Victoria Martínez (12), Oriana Lauro (13) y Hernán Centurión (17) fueron seleccionados por maestros de la prestigiosa escuela, luego de una histórica audición realizada en Asunción, a la que se presentaron 103 bailarines, algunos inclusive provenientes del exterior.
Para Johanna Cristaldo (17), Camila Gil (16) y Marcelo Agüero (16) había una segunda oportunidad, para lo cual debieron viajar a Brasil y participar de otra audición. “Cuando nos dijeron que estábamos preseleccionados, para nosotros fue una segunda oportunidad que sí o sí teníamos que pasar, que llenar esa expectativa. Nos fuimos con los nervios de punta porque estaban como 30 en nuestra misma situación”, comentó Johanna.
Los jóvenes señalaron que están con una mezcla de sentimientos y con muchas expectativas. “Dejás acá a amigos, la familia, pero te vas allá para cumplir un sueño”, agregó la joven.
“Cuando nos dijeron que quedamos, lloré muchísimo. Tres día por ahí porque no podía creer”, comentó por su parte Agustina, anticipando que esta será una experiencia increíble.
Camila comentó que desde muy chiquitita soñaba con formar parte del Bolshoi y ahora siente la satisfacción de poder cumplir su sueño.
Annette, a su vez, dijo que se presentó a la audición pensando en solamente ganar experiencia. “Cuando quedé fue algo increíble”, agregó.
Con respecto a la rutina, señalaron que algunos tendrán clases de 14:00 a 19:00 todos los días, y si es necesario ensayar para alguna presentación, pasarán más tiempo en la escuela. Además de las clases, la beca incluye la atención médica, la vestimenta y la alimentación.
“Estamos demostrando que Paraguay sí puede llegar a donde quiera, a donde pueda, con el esfuerzo y el sacrificio”, señaló Agustina.
Más apoyo
Los jóvenes coincidieron en que hace falta un mayor apoyo a la danza en nuestro país.
“La gente cree que la danza es un show por lo que venden en la televisión”, lamentó Marcelo.
Por su parte, Johanna afirmó que a veces dejan muchas cosas de lado para ensayar o ir a una audición.
“Dejamos de comprar cosas que muchos jóvenes quieren tener para comprarnos unas zapatillas de punta o un traje, o pagar algunos cursos porque nosotros vivimos de esto. A veces nos califican como vagos sin estudio, y no es así. La danza es más que venir y hacer un plié o ver un traje lindo, es mucho más que eso”, concluyó.
APRENDER A VOLAR
Esta oportunidad no solo representa un cambio de vida para los jóvenes, sino también para sus familias. “Estamos con mucha ansiedad, pero por otro lado es una oportunidad enorme porque están persiguiendo un sueño grande”, expresó María Lys Mongelós, mamá de Agustina.
Agregó que la mamá de una de las jóvenes decidió hacer su vida en el Brasil y albergará a todo el grupo.
“Se formó una familia grande”, agregó.
Bibiana Colmán, organizadora de la audición en nuestro país junto a Rafael Martínez, instó a los jóvenes a que vivan su sueño, al tiempo de señalar que a partir de esta experiencia podrán ser el apoyo para otros bailarines de nuestro país.