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En este ciclo de tres conciertos, la OSCA brindará un espacio a jóvenes directores y también solistas, como el caso del clarinetista José Daniel Cabrera, que estará como invitado en el Concierto para Clarinete N° 2 en Mi Bemol Op. 74, de Carl María von Weber.
Para Aguayo, esta no será su primera experiencia dirigiendo a una sinfónica, ya que desde hace algunos años se desempeña como director asistente de la Orquesta Sinfónica Nacional. No obstante, subrayó que estar frente a la OSCA significa conectarse con la historia y el inicio del sinfonismo paraguayo. “Es mucha tradición, mucha música que ya llevan ellos y a nosotros como jóvenes nos sirve un poco para nutrirnos, acercarnos a eso, y siempre aprender”, dijo.
Cabrera también destacó que “la OSCA tiene una importancia que es innegable” y que para él significa una experiencia muy importante la de actuar ante algunos profesores suyos y colegas. “Uno siempre está aprendiendo, estas son las experiencias que te hacen crecer como músico y, en mi caso, que estoy comenzando una carrera de solista. Son este tipo de actividades las que me fortalecen y me enriquecen como intérprete. Estoy muy emocionado y entusiasmado con esta experiencia”, acotó el músico invitado.
El repertorio incluirá también la obertura de “Rosamunda”, de Franz Schubert, y la Sinfonía N° 8, del compositor checo Antonin Dvorak. Igualmente estrenarán “Hércules lucha contra el León de Nemea”, un poema sinfónico del compositor alemán residente en Paraguay, Alekos Maniatis. “Es una obra escrita en un lenguaje bastante contemporáneo muy distinta a las otras obras, está dedicada al maestro Luis Szarán y va a suponer un estreno mundial”, detalló Aguayo.
A su vez, destacó que el concierto de Von Weber exige mucho al clarinetista y es considerada una de las grandes obras del repertorio mundial de este instrumento.