El sector más golpeado fue el de Comunicaciones, con una caída acumulada de 19,3% en el ingreso real, seguido por la Construcción, que acumuló una reducción del 10,5%. Esta caída coincide con los años de menor ejecución de obras públicas y una retracción en la construcción en el sector privado. La pandemia de 2020 con la clausura de obras de construcción por un periodo prolongado y la posterior disminución de los gastos de inversión del Estado derivado de la necesidad de alcanzar los límites de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LFR), afectaron la dinámica del sector, donde los ingresos no lograron acompañar la recuperación de la actividad, registrada recién a partir de 2023.
Otros sectores con una pérdida significativa en el quinquenio fueron Electricidad y Agua, con un descenso acumulado de 9,3% y el rubro de Transporte con una baja de 8,7%. En este último, el mayor impacto fue generado por las reducciones de fletes originadas por las sucesivas sequías que afectaron a los granos, el mayor proveedor de carga en el país. El segmento de Hoteles y Restaurantes tampoco escapó a la tendencia negativa, con una contracción de 7,7% en sus ingresos reales. Aunque la actividad turística se reactivó tras la pandemia, y muy especialmente con la reversión del diferencial de precios con la Argentina, la recuperación salarial ha sido lenta. De manera similar, el sector de Servicios perdió 7% y la industria manufacturera 4%.

Solo dos sectores mostraron variaciones positivas en términos reales en el quinquenio. Por un lado, el Comercio se expandió 6,1%. El encarecimiento de la Argentina, producto de las políticas del gobierno de Javier Milei, redujo la demanda de paraguayos sobre productos argentinos y ha atraído compras de argentinos localmente. Por otro lado, el sector de Intermediación Financiera tuvo un incremento de 2,9%, respaldado en el crecimiento de las carteras financieras.
En el Índice General, las subas del ingreso real registradas en el 2023 y 2024, de 0,9% y 0,4% respectivamente, no pueden todavía compensar la fuerte pérdida del año 2022 que alcanzó 3,4%. Esta pérdida de poder adquisitivo fue el resultado de la elevada inflación registrada durante ese año. Se verifica que el año 2022 ha sido de caída en los ingresos reales a lo largo de todos los sectores.
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Durante la pandemia, la falta de demanda generó un proceso deflacionario generalizado en la economía. La reducción en la demanda de bienes y servicios provocó una reducción en la demanda de empleo, afectando los salarios e ingresos en todos los sectores. Sin embargo, la deflación amortiguó la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Con el rebote de los precios en 2022, los salarios nominales no acompañaron la suba de los precios, desfasando los salarios reales.
El impacto de la pandemia, lejos de desaparecer, ha mantenido su persistencia en los ingresos reales de los trabajadores. Se ha sumado en los últimos tiempos el incremento de precios por efecto del retorno de la demanda de paraguayos al generarse una inflación de precios relativos en la Argentina por efectos monetarios y cambiarios en ese país.
Por estas razones, se sostiene la sensación de que el crecimiento no llega.
*Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.
