Educación en Paraguay: desafíos y oportunidades para impulsar crecimiento económico y reducir brechas”

La educación continúa siendo uno de los pilares más determinantes para mejorar la calidad de vida y garantizar un crecimiento económico sostenible. De acuerdo con el Banco Mundial (BM), la formación académica no solo dota a las personas de habilidades básicas como la lectura, la escritura y la aritmética, sino que también fortalece competencias socioemocionales indispensables para el trabajo y la vida cotidiana. Estas capacidades permiten que los niños de hoy se conviertan en los trabajadores productivos del mañana y que los adultos se adapten a nuevas demandas laborales.

Escuela Puerta del Sol de San Antonio.
Escuela Puerta del Sol de San Antonio.HIGINIO RUIZ DIAZ

Invertir en educación representa, por tanto, un imperativo económico. Diversas evidencias citadas por el Banco Mundial muestran que un mayor nivel educativo se traduce en empleos de mejor calidad, mayores ingresos y un crecimiento económico más acelerado. Las personas con formación postsecundaria acceden a mejores oportunidades laborales y obtienen salarios más altos, mientras que cada año adicional de escolaridad incrementa los ingresos futuros en alrededor del 10%. Asimismo, el capital humano -que combina educación y salud- explica cerca de la mitad de la diferencia en el ingreso per cápita entre países desarrollados y en desarrollo.

Sin embargo, el desafío global persiste. Una gran parte de la población mundial aún no logra acceder a una educación de calidad. El BM advierte que casi el 40% de los niños entre 3 y 6 años no tiene acceso a la educación preescolar, una etapa crucial para el desarrollo cognitivo y emocional. Entre quienes sí asisten a la escuela, los resultados de aprendizaje siguen siendo preocupantes: el 70 % de los niños de países de ingreso bajo y medio no puede leer ni comprender un texto simple a los 10 años.

Educación en Paraguay: un pilar con desafío persistente entre lo urbano y lo rural

Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que Paraguay aún enfrenta importantes brechas en materia educativa, especialmente entre zonas urbanas y rurales.

De acuerdo con el Censo 2022, la población de 5 años y más ascendía a 5.644.232 personas, de las cuales 175.543 no contaban con ningún nivel educativo. La mayoría se concentraba en la educación primaria, con 1.824.212 en el primer y segundo ciclo y 710.379 en el tercero. A esto se sumaban 1.272.785 personas con educación secundaria y 996.279 que alcanzaron la educación terciaria universitaria o no universitaria.

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Población en Paraguay de 5 y más años de edad por nivel de educación
Población en Paraguay de 5 y más años de edad por nivel de educación

La distribución territorial sigue evidenciando profundas desigualdades. En las zonas urbanas, la población de 5 años y más totalizaba 3.907.470 personas, mientras que en el área rural alcanza 1.736.762. En las ciudades, 857.931 personas lograron acceder a la educación terciaria, frente a 138.348 en el ámbito rural. Esta disparidad revela que las oportunidades educativas y laborales continúan concentradas en los centros urbanos.

Por otro lado, aunque la población sin educación formal es similar en números absolutos -88.079 en áreas urbanas y 87.464 en rurales-, su proporción dentro del total es mucho más elevada en el campo, donde también se observa menor continuidad hacia niveles medios y superiores.

En la primera infancia, el desafío es garantizar la cobertura universal: de los 215.781 niños de 5 y 6 años, 143.731 asisten a educación inicial, pero 40.758 aún están fuera del sistema. Si se logra fortalecer esta etapa, se sentarán las bases para una fuerza laboral más preparada.

Para el Banco Mundial, las consecuencias económicas de la brecha educativa a escala global son profundas. La falta de habilidades adecuadas limita la productividad y reduce el potencial de innovación de las economías. Además, los rápidos avances tecnológicos y la automatización están transformando la naturaleza del trabajo, demandando nuevas capacidades digitales y cognitivas. De acuerdo con estimaciones del organismo, para 2030, el 60% de los trabajadores del mundo necesitará volver a capacitarse para adaptarse a un mercado laboral en constante cambio.

En este contexto, invertir en educación no solo es una cuestión social, sino también una estrategia económica clave. Mejorar el acceso y la calidad educativa es esencial para preparar a las futuras generaciones ante los retos de una economía global cada vez más competitiva y tecnológica.

* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.

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