La unificación del Viceministerio de Minas y Energía -actualmente dependiente del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC)- con el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) es una visión del presidente de la República, Santiago Peña, para “equiparar la energía eléctrica como un medio para llegar al fin, que es utilizarla y darle valor agregado a nuestra materia prima, es decir industrializar la nación”, sostiene el viceministro, Mauricio Bejarano.
Esta estrategia responde a la necesidad de coordinar de manera más efectiva un sector que hoy se encuentra “un poco disperso y difuso”.
El viceministro puso como ejemplo el sector de los hidrocarburos, donde las fases de upstream y midstream son gestionadas por su viceministerio, mientras que la de downstream (refinación y combustibles) está a cargo del MIC. La fusión permitirá unificar estas funciones y ejercer un control integral, añadió.
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Bejarano destacó que el objetivo principal es dotar a la nueva cartera de mayores facultades normativas y fácticas. “La prioridad número uno era la creación de un Ministerio de Energía”, dijo, recordando que esta idea estaba contemplada en la política energética del año 2040, redactada en 2016. Incluso sugirió un cambio en el nombre: “Ministerio de Energía, Minería, Comercio, Industria y Turismo” para reflejar la envergadura de los desafíos del sector. El nombre que se propone en el proyecto de ley presentado al Congreso es Ministerio de Industria, Comercio, Turismo, Minas y Energía.
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Sector privado y regulador
Según el viceministro, esta reestructuración no es solo un cambio de nombre, sino que busca un reordenamiento completo del sistema eléctrico. Explicó que se están reformando las normativas para facilitar la entrada del capital privado en la generación y el transporte de energía, que pondrá fin al actual modelo, “casi monopólico”. Con la nueva ley, se espera el ingreso de un ente regulador y se prevé la posibilidad de concesionar servicios a otros actores, como ya sucede en las colonias menonitas y la empresa Clyfsa. El viceministro fue enfático al señalar que este nuevo marco regulatorio permitirá que “la exportación va a ser una realidad” en el mediano plazo.
Una de las áreas que se verá potenciada es el de la biomasa, que el funcionario calificó como un “rol importantísimo” para el país. Indicó que se está trabajando para obtener la certificación de la biomasa y, a partir del 2026, implementar la trazabilidad en su uso industrial.
Bejarano confirmó que, una vez que la ley sea aprobada, el ministro Javier Giménez se convertirá en el primer ministro de Energía del Paraguay, hecho que considera como un paso fundamental para dotar al sector del rango y la autoridad que necesita.
Patrimonio geológico
A pesar del inminente cambio, el viceministro aclaró que la mudanza o no las oficinas aún está en debate. La principal preocupación es el traslado del Patrimonio Geológico Nacional, un centro de información y resguardo que alberga los testigos de todos los pozos históricos del país, y de estudios actuales sobre tierras raras y otros minerales, explicó.