El asesor de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Hugo Jiménez De Recalde, criticó que la Unión Europea clasifique al Paraguay, junto con Brasil y Argentina, en la categoría de riesgo “medio o estándar”, en el marco de la implementación del Reglamento 1115, que busca evitar que materias primas como la carne, la soja, la madera y sus derivados, consumidos en la UE, hayan generado deforestación después del 2020.
Explica que, a partir de la clasificación, los países de riesgo bajo estarán sujetos a controles simplificados, mientras que nuestro país y otros clasificados con riesgo “estándar” deberán cumplir mayores exigencias de debida diligencia por parte de los operadores europeos (importadores).
“La clasificación se basa en criterios relacionados con la tasa de deforestación o degradación forestal, la tasa de expansión de las tierras agrícolas y la tendencia de producción de materias primas y productos relevantes. En consecuencia, ”el imperio europeo, so pretexto de ‘cuestiones ambientales’, disfraza su espíritu proteccionista y lo transforma en ‘cuestión ambiental’”, manifestó.
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Cuestionó igualmente la disparidad que utilizó el bloque europeo a la hora de realizar la categorización. “Si en realidad el objetivo de la UE es una producción sostenible, ¿cómo se explica que su última ‘cédula real’ califica a esta región como de riesgo estándar o medio y a los países más emisores de dióxido de carbono (CO2) de ‘bajo riesgo’?”, señaló y recordó que resultaron beneficiados con esa clasificación países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, India, China, Chile y Uruguay, entre otros
Añadió que no se entiende cómo Paraguay, pese a su modelo de agricultura sostenible y con emisiones per cápita 7 veces menores que la Unión Europea y China, siga siendo considerado como país de riesgo medio.

Defienden modelo agrícola regional
Jiménez agregó que, aunque América del Sur tiene solo el 6% de la población global, no ha llegado al 15% de aprovechamiento de sus recursos naturales y que produce alimentos para más del 60% de la población mundial, mientras que Europa llegó al 30% de utilización de sus tierras y le queda poca superficie idónea para su expansión.
“Sin embargo, a través de su reglamento 1115, busca erigirse en árbitro global agropecuario al querer establecer a otros nuevos modos productivos bajo el pretexto ambiental”, argumentó.
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Mencionó que, en las últimas seis décadas, Sudamérica incrementó su producción, productividad (rendimiento) y duplicado el uso de su suelo, mientras que la UE experimentó una reducción del 16% de la superficie de uso agrícola.
“Pero, ¿cómo la UE hace frente a esos ‘desafíos’? A través de subvenciones a sus ineficientes sistemas de producción y con medidas feudales ‘pseudo ambientalistas’ altamente proteccionistas”, manifiesta.
Reglamento 1115
Ya el año pasado, la Comisión Europea dispuso que la reglamentación 1115 o “ley anti deforestación” entre en vigencia a finales de diciembre de 2025 para las grandes empresas, mientras que en julio de 2026, para las pequeñas y medianas.
En el sector productivo local, aún persiste la incertidumbre respecto a cómo será la implementación efectiva de la ley “antideforestación” de la UE. No obstante, siguen avanzando en los trabajos para crear las condiciones de exportación al bloque europeo.