La Federación Nacional de Productores Frutihortícolas se refirió a las recientes fluctuaciones que ha sufrido el precio del tomate en el mercado, luego de que se suspendiera la importación ante el avance de la cosecha local. Según los datos, mientras en el mercado de Abasto se puede encontrar desde G 180.000 una caja de 20 kilos (mayorista) del producto, en los supermercados y otros comercios el valor del kilo varía entre G. 15.000 y G.16.000.
Silvio Riveros, presidente del gremio, señaló en conversación con ABC que el tomate se está vendiendo en finca a G. 7.000 y G. 8.000, aunque hizo hincapié en que el productor “no tiene responsabilidad” de lo que pasa en las góndolas. Recordó que un gran número de agricultores del rubro no puede comercializar aún su producción de manera directa debido a múltiples factores y es ahí donde aparece la figura del “intermediario”, que finalmente tiene el trabajo de distribuir a otros canales de venta.
“Muchos productores no pueden comercializar de forma directa debido a que carecen de logística y no se adecuan aún a ciertos requisitos como contar con factura legal y cuenta corriente, poseer el respaldo financiero para aguardar pagos no inmediatos y más”, explicó.
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Enfatizó en que, ante este escenario, vienen solicitando al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) avanzar en el proceso de formalización de los agricultores del rubro, con el objetivo de lograr precios “más justos” para todos los actores de la cadena, que también incluye a los consumidores finales.
“Lo que solicitamos es formalización y así precios más estables. No queremos constantes fluctuaciones o valores elevados que terminen golpeando a los consumidores finales”, añadió.

Solicitan garantías de comercialización
Riveros mencionó que en el rubro necesitan “garantías reales de comercialización” para sostener la producción durante todo el año y destacó así que el tomate nacional goza de gran calidad, pese al “sacrificio” que puede representar su siembra y posterior cultivo.
Instó así a las instituciones estatales, principalmente a la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), a reforzar los controles para prevenir el contrabando en esta época “sensible”, donde la producción nacional crece en volumen, pero también hay mucha oferta en Argentina.
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“Hoy, tenemos capacidad para producir en gran cantidad, pero necesitamos una garantía de parte Gobierno para hacerlo de forma sostenida y cubrir la demanda del país, que hoy oscila los 7 millones de kilos mensuales, con un promedio de 180.000 kilos por día”, refirió.
Recordó igualmente que el rubro del tomate es uno de los principales y de mayor movimiento para la economía de la agricultura familiar campesina, por lo que solicitó a las autoridades endurecer los controles para cuidar el “caballo de batalla” del sector.