Al cierre del primer cuatrimestre del 2025, el procesamiento de oleaginosas alcanzó 1.045.501 toneladas, con una caída del 1,7% con relación al mismo periodo del año pasado, según informó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
“El agregado de valor (industrialización) durante el mes de abril en particular implicó una mejora con relación al mismo periodo del año pasado, pero el acumulado sigue casi 200 mil toneladas por debajo de los mejores registros para este periodo”, precisa la Cámara.
A partir del procesamiento hasta abril, agrega que se mantiene el nivel de utilización de la capacidad instalada de las aceiteras, que alcanzó el 67%, un resultado casi “igual” en el mismo lapso del año pasado. No obstante, esta variable se mantiene todavía muy por debajo de las mejores cifras que consiguieron para este periodo.
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“A pesar de los avances, la molienda sigue por debajo de los mejores registros y refuerza la necesidad de mejorar la competitividad mediante menores costos logísticos, especialmente en la hidrovía Paraguay-Paraná, al igual que la implementación de políticas públicas que impulsen la transformación industrial”, insiste la Cappro.
Divisas generadas por el complejo soja
El valor total de las exportaciones del complejo soja (granos y sus derivados) cerró el primer cuatrimestre en US$ 1.395,18 millones, con una caída del 19% en comparación con el mismo periodo de 2024.
Los envíos de aceite, harina y cascarilla de soja fue por valor de US$ 340,76 millones al cierre del primer cuatrimestre, que representa una baja del 11% interanual. Más allá de esta disminución, la participación de la industria en el total del complejo se ubicó en 24%, que implica una mejora de dos puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año anterior.
“Este desempeño relativo de la industria frente al grano responde a la mayor estabilidad de los precios de los productos con valor agregado. Mientras los granos perdieron un 21% en valor y un 16% en volumen exportado, los industrializados mostraron una mayor capacidad de resiliencia y refuerzan la importancia de seguir promoviendo la transformación local”, explicó la Cámara.
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Instan a apostar a la industrialización
Asimismo, reitera que la industria aceitera opera muy por debajo de su verdadero potencial: actualmente, menos del 35% de la producción agrícola nacional se procesa localmente, a pesar de que existe capacidad instalada suficiente para alcanzar volúmenes significativamente mayores.
“Este rezago no responde a una limitación técnica o de capacidad operativa, sino a la ausencia de una política industrial clara, de largo plazo, que priorice el agregado de valor (procesamiento) como eje central del desarrollo económico”, señala.
Pide la elaboración de una hoja de ruta, que compartan el sector público y el privado, que contemple mejoras en competitividad logística, acceso a mercados, incentivos a la inversión industrial y fortalecimiento de las capacidades institucionales.
“Transformar (industrializar) más no es solo una necesidad económica: es una decisión estratégica que impacta directamente en la generación de empleo formal, en el aumento de ingresos fiscales, en la estabilidad de la balanza comercial y, sobre todo, en el desarrollo social del país”, finaliza.