El senador José Oviedo habló con la 730 AM sobre el proyecto de ley que propone reducir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas. La iniciativa apunta a mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin afectar el salario mínimo actual.
“Queremos que la gente tenga más tiempo para descansar, compartir con su familia, disfrutar de espacios de recreación. Y eso, a su vez, mejora la productividad”, explicó el legislador.
Lea más: Senador plantea reducir carga horaria laboral de 48 a 40 horas semanales
Oviedo citó ejemplos de países donde se está aplicando con éxito la reducción horaria. “El 69% de los países del mundo ya trabajan 40 horas por semana. En Latinoamérica tenemos casos como Ecuador, Venezuela, Brasil (44 horas) y Chile, que fue bajando gradualmente. México también está en camino", expresó.
Manifestó además que en Europa es aún más común, aunque a veces le dicen que no compare con ellos por la diferencia del contexto.
También recordó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) emitió una recomendación de trabajar 40 horas semanales. En este sentido, el parlamentario resaltó que los resultados fueron positivos.
Lea más: Reducción del horario laboral en el sector privado: destacan puntos a favor y en contra
Menos horas, sin tocar el salario mínimo
El senador aclaró que la reducción de horas no afectará al salario mínimo vigente. “No se pretende reducir el salario. Esta es una tendencia mundial, y aunque haya oposición, creo que no tardará en aplicarse en nuestro país”, señaló.
Oviedo comentó que conversó con representantes del sector empresarial, y según los datos recolectados, ya existen empresas en Paraguay que operan con 40 horas semanales, especialmente en el sector de servicios como importadoras y distribuidoras. “Les está yendo muy bien”, afirmó.
Lea más: Reducción del horario laboral: “un plan interesante, que merece mayor análisis”
Sin apoyo suficiente, pero con convicción
Aunque el proyecto fue presentado en el Congreso el año pasado, el senador reconoció que no cuenta aún con los votos necesarios para su aprobación.
“Invité a varios colegas a firmar conmigo, pero muchos no se animaron porque consideran que es una propuesta muy revolucionaria. Hay muchos intereses en el Senado. Si dependemos solo de un debate, no se va a aprobar”, lamentó.
A pesar de eso, confía en que el debate se seguirá ampliando y que, con consenso político y social, la iniciativa podrá avanzar. “Esta es una reforma que voy a seguir empujando durante toda mi trayectoria legislativa”, concluyó.