Paraguay es poseedor de una de las mayores brechas de género en la región

América Latina registra una marcada desigualdad en la distribución del trabajo remunerado y no remunerado entre hombres y mujeres, de acuerdo con el reciente informe de la CEPAL “América Latina y el Caribe y la Agenda 2030 a cinco años de la meta: ¿cómo gestionar las transformaciones para acelerar el progreso?”.

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El análisis, que abarca 16 países, pone en evidencia no solo las diferencias entre géneros, sino también la magnitud del trabajo no remunerado que recae sobre las mujeres, especialmente en contextos donde las estructuras de protección social y la corresponsabilidad familiar aún son débiles. Paraguay destaca en este panorama como uno de los países con mayor desequilibrio en la carga laboral entre hombres y mujeres, situándose entre los casos más llamativos de la región.

Los datos presentados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se vincula con el código C-5.4: que en este caso alude específicamente a un tema dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 5: Igualdad de género, más precisamente a la Meta 5.4, que busca reconocer y valorar el trabajo no remunerado de cuidados y doméstico.

En Paraguay, las mujeres dedican en promedio 28 horas semanales al trabajo no remunerado y 18 horas al trabajo remunerado, sumando un total de 47 horas semanales de carga laboral. En contraste, los hombres reportan 12 horas al trabajo no remunerado y 35 al remunerado, alcanzando iguales horas en el total que las mujeres. Esta diferencia no solo revela que las mujeres cargan con más del doble del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, sino también que realizan menos horas de trabajo remunerado que los hombres, lo cual repercute directamente en su autonomía económica y capacidad de generación de ingresos.

Panorama regional

La situación paraguaya no es un caso aislado, pero sí se encuentra entre las más desfavorables para las mujeres. A nivel regional, países como México (2019), Guatemala (2022) y El Salvador (2017) también presentan altos niveles de desigualdad. En México, por ejemplo, las mujeres trabajan en total 65 horas semanales, frente a 62 horas de los hombres, con 43 horas no remuneradas, lo que representa el valor más alto entre todos los países analizados. En El Salvador, la diferencia es también notoria: las mujeres dedican 38 horas al trabajo no remunerado, mientras los hombres solo 18.

En comparación, Paraguay se sitúa ligeramente por debajo de estos extremos, pero la tendencia es la misma. El componente cultural en la región sigue asignando a las mujeres la mayor parte de las responsabilidades del hogar, incluso cuando ellas también participan en el mercado laboral. Este patrón refleja una estructura económica y social donde la economía del cuidado no está visibilizada ni valorada adecuadamente. En consecuencia, muchas mujeres quedan fuera del empleo formal o deben aceptar empleos de medio tiempo y baja remuneración, lo que alimenta ciclos de pobreza y exclusión económica.

En este contexto, Paraguay y la región, en general, enfrentan desafíos estructurales que requieren políticas públicas integrales. La falta de servicios de cuidado accesibles, la informalidad laboral -especialmente en el sector femenino- y la escasa participación de los hombres en las tareas domésticas perpetúan esta desigualdad.

Además, la inclusión de esta métrica como parte del seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el indicador C-5.4 sobre trabajo no remunerado, es una señal de la urgencia de exponer este tipo de labores en las estadísticas oficiales.

* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.

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