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En poco más de siete años, y de acuerdo con los datos del Banco Central del Paraguay (BCP), el volumen de crédito destinado al consumo aumentó de G. 9,331 billones en 2017 a G. 23,918 billones en febrero de 2025, lo que representa un crecimiento acumulado de 156%.
Al desagregar, los datos muestran que en el periodo 2017-2020 el crédito al sector consumo creció a un ritmo moderado. En 2018 se ubicó en G. 10,652 billones, lo que implicó un aumento interanual de 14,2%. En los años siguientes, el crecimiento fue más pausado: 14,0% en 2019 y 3,2% en 2020, este último año impactado por la pandemia de COVID-19, que afectó la economía y los ingresos de los hogares. Pese al contexto adverso, el nivel de crédito no disminuyó, lo que evidenció una alta propensión al consumo financiado.
A partir de 2021 se observó una aceleración más notoria. En 2022 el crédito al consumo llegó a G. 16,336 billones, con un aumento del 20% frente al año anterior. Esta tendencia continuó en 2023, cuando se registraron G. 18,701 billones, y se consolidó con fuerza en 2024, con un salto significativo a G. 22,899 billones, equivalente a un incremento del 22,4% interanual. Finalmente, en los primeros dos meses de 2025, la cifra alcanzó los G. 23,918 billones, marcando una suba del 4,5% solo en ese breve periodo, lo cual indica que persiste el dinamismo.
Factores de incidencia

La expansión del crédito al consumo en Paraguay responde a varios factores. A decir, el crecimiento económico registrado tras la pandemia ha generado una mejora en las expectativas de los consumidores. Además, el sistema financiero ha mostrado una alta liquidez y una sólida capitalización, lo que permitió sostener la oferta de préstamos.
Otro elemento clave es el cambio en los patrones de consumo y el acceso al financiamiento. Con el avance de la digitalización y el crecimiento del comercio electrónico, las familias han incrementado su demanda por bienes de consumo durables, como electrodomésticos, celulares y motocicletas, muchos de ellos adquiridos mediante financiación.
La creciente exposición al crédito plantea desafíos, al considerar que Paraguay es un país con una alta informalidad laboral (alrededor del 65% de la población ocupada trabaja en el sector informal), lo que implica una menor estabilidad de ingresos, por ende, mayor vulnerabilidad ante cambios en el contexto económico.
Dado el mencionado escenario, la expansión del financiamiento debe ir acompañada de políticas públicas que fomenten el empleo formal, la educación financiera y el acceso a productos crediticios adecuados para los distintos segmentos de la población. De cara a los próximos meses, las decisiones de política monetaria por parte del Banco Central del Paraguay, el desempeño del mercado laboral y la evolución de la inflación serán factores determinantes en la dinámica crediticia del sistema financiero nacional.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones