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Los datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) evidencian tanto oportunidades como desafíos. Por un lado, existe una considerable fuente de financiamiento ya aprobada que podría destinarse a programas de inversión pública. Por otro, la limitada ejecución pone de manifiesto posibles trabas en la implementación de proyectos que, en muchos casos, son clave para el desarrollo económico y social del país.
BID y CAF concentran más del 76% del total aprobado
Del total aprobado por los organismos multilaterales, de dos entidades se destacan ampliamente: el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La CAF comprometió US$ 2.166,4 millones (38,5%), mientras que el BID aprobó un total de US$ 2.070 millones (36,8% del total). Entre ambos, concentran el 75,3% de los fondos externos en ejecución. Sin embargo, presentan distintos niveles de avance en los desembolsos.
CAF presenta una tasa de desembolso superior al promedio, con el 70,2% del monto ejecutado. En contraste, el BID registra una ejecución del 41,1%, lo que implica que más de US$ 1.219 millones aún no fueron desembolsados. Esta diferencia puede atribuirse a los plazos de implementación, la complejidad de los proyectos o cuestiones administrativas específicas de cada línea de crédito.
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Por su parte, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), brazo del Banco Mundial, comprometió US$ 545,3 millones para proyectos en Paraguay. No obstante, solo se desembolsaron US$ 209,1 millones, lo que representa una ejecución del 38,3%, por debajo del promedio general. Esto deja un saldo pendiente de más de US$ 336 millones.
Una situación similar se observa con Fonplata, que financia proyectos de integración regional. De los US$ 704,9 millones aprobados, se ejecutaron el 21,7%, equivalente a US$ 153,3 millones. Esto implica que el país aún dispone de US$ 552 millones de estos recursos que podrían destinarse a obras de infraestructura o programas regionales.
El porcentaje de ejecución con Fonplata es uno de los más bajos entre los organismos multilaterales, lo que sugiere una necesidad de revisar los factores que están demorando los desembolsos. Puede tratarse de cuestiones vinculadas a licitaciones, elaboración de proyectos ejecutivos, procesos de supervisión o factores externos.
Organismos con alta ejecución pero bajo volumen
Otros organismos como el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo OPEP para el Desarrollo Internacional (OFID) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) presentan niveles de ejecución más elevados en términos relativos, aunque los montos involucrados son significativamente menores.
El BEI, por ejemplo, aprobó US$ 94 millones, de los cuales se desembolsaron US$ 60,8 millones, alcanzando una ejecución del 64,6%. Le siguen OFID con un 79,9% de ejecución y FIDA con un 51,8%. Estos niveles de avance muestran una mayor eficiencia en la utilización de fondos, aunque su impacto macroeconómico es más limitado por el bajo volumen en relación con otros organismos.
La existencia de un alto volumen de préstamos comprometidos, pero no ejecutados, puede afectar el impacto esperado en términos de crecimiento económico y desarrollo social. La baja ejecución implica que proyectos clave en áreas como infraestructura vial, agua potable, energía o salud podrían estar demorándose, reduciendo los beneficios para la población.

Además, el hecho de contar con recursos disponibles que no se usan eficientemente también plantea un costo financiero, ya que muchos de estos préstamos tienen cronogramas de desembolso y vencimientos preestablecidos. Si no se utilizan a tiempo, pueden generar gastos innecesarios o incluso pérdidas de oportunidades.
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En este contexto, resulta fundamental que las instituciones ejecutoras mejoren su capacidad de planificación, formulación y ejecución de proyectos. Esto implica fortalecer equipos técnicos, simplificar procedimientos y mejorar la articulación entre el Gobierno central y los entes responsables de implementar las obras.
Si bien el acceso a financiamiento externo constituye una herramienta clave para impulsar el desarrollo, su verdadero potencial solo se materializa si los fondos llegan a destino en tiempo y forma.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones