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En comunicación con ABC Cardinal este lunes, Juan Carlos Martin, director del Banco Atlas, habló sobre la disputa en curso entre esa casa bancaria y la empresa tecnológica ITTI, que ha sido vinculada al presidente Santiago Peña y que reclama una supuesta violación contractual sobre el uso de un software bancario.
ITTI acusa a Atlas de haber violado un contrato sobre el uso de un software que el banco adquirió en 2004 “por tiempo indefinido” de la empresa IT Consultores SC, algo que el banco niega.
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El propio presidente Peña hizo declaraciones sobre el caso, insinuando que Banco Altas incurrió en “piratería” por la supuesta modificación del software y afirmó que las publicaciones de ABC Color sobre los vínculos del mandatario con ITTI y el gran número de contratos con el Estado a que la empresa ha accedido desde que Peña asumió la presidencia son un intento de “desviar la atención” de la disputa del banco con la empresa.
Niega acusaciones contra Atlas
Martin dijo que “Atlas no tiene ningún software pirata” y desmintió que esté siendo utilizado “sin la debida autorización”.
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Explicó -según su interpretación, enfatizando que no es abogado y que sus declaraciones son personales y no reflejan la postura institucional del banco– que el software que Atlas utiliza como “core” bancario para procesar sus operaciones fue adquirido por la entonces Financiera Atlas en 2004 a una empresa llamada IT Consultores –que pasó a convertirse en ITTI– por medio de la firma de un contrato que estipula un pago único y declara que Atlas puede “utilizar el software por tiempo indefinido” y hacerle los cambios que el banco considere necesarios “sin obligación de informar o pedir autorización” a la empresa proveedora.
“El banco pagó por el producto en su momento un único pago total, no existía obligación de pagos posteriores”, agregó.
La cifra de 70 millones de dólares
En sus declaraciones a medios de comunicación el pasado viernes, el presidente Peña mencionó la cifra de 70 millones de dólares como un supuesto monto que Atlas y el Grupo Zuccolillo –al que el banco pertenece– buscaban eludir pagar a ITTI.
Martin dijo desconocer de dónde proviene esa cifra y comentó que, al reclamar el supuesto incumplimiento contractual luego de una auditoría, ITTI propuso renegociar el contrato y presentó ofertas, pero ninguna de las mismas se acercaba a ese monto.
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Enfatizó que una cifra como 70 millones de dólares para un software bancario es “un número totalmente fuera de los parámetros del mercado” y agregó que un “software de clase mundial” para un banco como Atlas no debería costar más de cinco o seis millones de dólares.
Sin embargo, añadió que los puntos de supuesto incumplimiento que elevó ITTI durante su auditoría fueron refutados “punto por punto” por los técnicos del banco y que, en su opinión, “el contrato está absolutamente vigente y estipula todo lo necesario”.
“Ellos alegan que Atlas no cumple el contrato, pero yo miro el contrato y no encuentro ningún punto que el banco no esté cumpliendo”, subrayó.
“ITTI dice que incumplimos el contrato, pero no dicen qué parte ni mencionan las respuestas que dimos”, insistió.
Reclamos comenzaron tras anuncio de fusión
Señaló que Atlas no recibió “ningún comentario del cumplimiento del contrato” en los más de 20 años que pasaron desde que adquirió el software y que los reclamos comenzaron recién luego de que fuera anunciada la fusión por consolidación entre Atlas y el Banco Familiar en agosto de 2024.
“Dicen que no podemos llevar el sistema porque la licencia es solo para Atlas”, dijo. Posteriormente, aclaró que es correcto que, por contrato, Atlas tiene “prohibido vender, transferir, ceder, prestar o regalar a un tercero” el software.
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Sin embargo, Martin opinó que la fusión por consolidación no supone la creación de una nueva empresa, sino una “continuación” de ambos bancos en una entidad que hereda tanto las obligaciones como los derechos de ambos bancos, entre ellos el derecho al uso del software adquirido en 2004.
Finalmente, resaltó que la disputa es un “problema entre dos empresas” y afirmó que no va a afectar los sistemas u operaciones del banco.
“Los clientes pueden estar absolutamente tranquilos, que esto no les afecta en nada”, dijo.