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Una alta tenencia local permite reducir la exposición a choques financieros internacionales y limita la vulnerabilidad ante salidas abruptas de capitales. En un entorno global volátil, donde las tasas de interés internacionales y las condiciones de liquidez pueden cambiar de forma repentina, depender de inversores nacionales aporta mayor estabilidad. Además, la colocación en moneda local evita los riesgos cambiarios propios de una deuda externa en divisas, lo que ayuda a mantener ciertamente controlado el servicio de deuda.
Tenencia por grupos

Dentro de los residentes, los bancos, financieras y cooperativas concentran el 73,22% de la tenencia, lo que equivale a unos G. 5,410 billones (US$ 677 millones), lo que no solo es reflejo del papel tradicional del sector bancario como principal canalizador del ahorro, sino también de ciertos incentivos regulatorios que hacen atractiva la tenencia de deuda pública. Los bonos del Tesoro cumplen con requerimientos de liquidez, solvencia y calce de plazos, además de ofrecer retornos competitivos.
En tanto que la participación del Fondo de Garantía de Depósitos (13,20%) y de inversores institucionales (8,74%) revela un grado de institucionalización creciente en la demanda de deuda pública. Sin embargo, la todavía limitada presencia de fondos de pensión, aseguradoras o entidades previsionales sugiere que aún existe margen para diversificar la base de tenedores. En tal sentido, una mayor participación de estos actores ayudaría a construir una curva de rendimientos más robusta y a extender los plazos de colocación.
En cuanto al sector privado no financiero, las empresas y personas físicas tienen una presencia marginal. Las personas jurídicas representan el 4,49%, mientras que las personas físicas el 0,36%. Esto pone de manifiesto una baja inclusión del pequeño y mediano inversor, lo que limita la democratización del acceso a instrumentos financieros seguros. En otros países de la región, programas específicos de “bonos minoristas” o plataformas digitales han permitido acercar estos instrumentos a una base más amplia de ciudadanos.
La situación actual plantea una serie de desafíos para las autoridades económicas. Por un lado, continuar con el desarrollo del mercado local de deuda exige fortalecer la infraestructura financiera, la gestión de las finanzas públicas y generar productos financieros adaptados a diferentes perfiles de riesgo. Por otro lado, atraer inversores no residentes requerirá avanzar en la integración regional y global, consolidar la calificación crediticia del país y garantizar un entorno macroeconómico estable y previsible.
En conclusión, la solidez del anclaje doméstico y el protagonismo del sistema bancario ofrecen un colchón de estabilidad, así como la oportunidad de avanzar hacia un modelo más diversificado, profundo e inclusivo de financiamiento público.
Diversificar base
“La todavía limitada presencia de fondos de pensión, aseguradoras o entidades previsionales sugiere que aún existe margen para diversificar la base de tenedores”
Reduce choques
“Una alta tenencia local permite reducir la exposición a choques financieros internacionales y limita la vulnerabilidad ante salidas abruptas de capitales”
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones