La distribución en Paraguay del presupuesto nacional en los ODS

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como Objetivos Globales, fueron adoptados por las Naciones Unidas en 2015 como un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad. Los 17 ODS están integrados: reconociendo que la acción en un área afectará los resultados en otras y que el desarrollo debe equilibrar la sostenibilidad social, económica y ambiental (Organización de las Naciones Unidas-ONU).

Porcentaje del Presupuesto General de la Nación destinado a los ODS
Porcentaje del Presupuesto General de la Nación destinado a los ODSArchivo, ABC Color

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De acuerdo con el Segundo Informe Nacional Voluntario Paraguay y cuyos datos son utilizados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el financiamiento de los ODS en el Presupuesto General de la Nación (PGN) y con énfasis en áreas como salud, paz, justicia y reducción de la pobreza se realiza de manera desigual, mientras que otros objetivos reciben una proporción significativamente menor de recursos.

El ODS 3: Salud y Bienestar encabezó la distribución con el 14,7% del presupuesto nacional. Esta asignación puede entenderse en el contexto de la pandemia de covid-19, que evidenció la necesidad de fortalecer el sistema sanitario y mejorar la cobertura de atención médica. Además, refleja los esfuerzos para garantizar el acceso a servicios de salud de calidad, un factor clave para la productividad y el bienestar de la población.

En segundo lugar, el ODS 16: Paz, Justicia e Instituciones Sólidas recibió 13,6% de los recursos. La importancia de este rubro radica en la necesidad de fortalecer las instituciones y mejorar la gobernanza, elementos fundamentales para la estabilidad económica y la atracción de inversiones. En un país donde la percepción de corrupción es alta, la inversión en este sector es importante para restaurar la confianza en el sector público y promover un entorno más propicio para el desarrollo económico.

Por su parte, el ODS 1: Fin de la Pobreza concentra el 10,9% del presupuesto, una cifra que, si bien es significativa, plantea interrogantes sobre su suficiencia en un país con altos niveles de informalidad y desigualdad. La lucha contra la pobreza requiere políticas integrales que combinen asistencia social con estrategias para el empleo formal, acceso a educación y desarrollo de infraestructura.

Áreas con financiamiento intermedio y bajo

Los datos también revelan una notable distribución de recursos en otros ODS vinculados al desarrollo económico y social. A decir, el ODS 9: Industria, Innovación e Infraestructura recibe un 10,4%, mientras que el ODS 4: Educación de Calidad capta el 9,6%. Ambos sectores son determinantes para el crecimiento sostenible del país, ya que una educación de calidad facilita la inserción laboral y la competitividad, mientras que la inversión en infraestructura impulsa la productividad y la conectividad.

Asimismo, el ODS 8: Trabajo Decente y Crecimiento Económico recibe el 8,9%, un porcentaje que refleja la necesidad de generar empleo formal y mejorar las condiciones laborales en un contexto de informalidad laboral persistente. En paralelo, el ODS 10: Reducción de las Desigualdades tiene una asignación del 6,9%, lo que sugiere un reconocimiento de la problemática, aunque con una asignación inferior a otras prioridades.

Algunas áreas igualmente importantes reciben una proporción mínima del presupuesto nacional. La Igualdad de Género (ODS 5), por ejemplo, solo recibe el 2,8%, lo que podría indicar que las políticas destinadas a reducir la brecha de género en términos de empleo, acceso a recursos y participación política no están siendo suficientemente priorizadas.

Aún más llamativo es el caso del Hambre Cero (ODS 2), con apenas el 3,3%, lo que podría aumentar con el impulso dado por el actual Gobierno. Si bien Paraguay es un país agroexportador, el acceso equitativo a los alimentos sigue siendo un desafío.

Por otro lado, el ODS 6: Agua Limpia y Saneamiento apenas alcanza el 0,5%, una cifra preocupante considerando que la provisión de agua potable y saneamiento adecuado son esenciales para la salud pública y la reducción de enfermedades.

Finalmente, el ODS 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles obtiene un 1,3%, lo que sugiere que los esfuerzos por mejorar el desarrollo urbano y la sostenibilidad de las ciudades aún no son prioritarios dentro del presupuesto nacional.

A modo de remarcar, el análisis del financiamiento a los ODS en Paraguay refleja una asignación concentrada en salud, justicia y reducción de la pobreza, mientras que otros sectores clave como el acceso al agua, la igualdad de género y la sostenibilidad urbana reciben menos atención. Esto evidencia una combinación de necesidades urgentes y desafíos estructurales que deben abordarse con políticas públicas más equilibradas para garantizar un desarrollo sostenible e inclusivo.

* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.

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