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A diciembre del año 2024 Paraguay había emitido bonos por un total de US$ 7.360,93 millones. Desde la incursión inicial de US$ 500 millones en 2013, bajo la Ley 4848/13, el país ha continuado incrementando su presencia a lo largo de los años. En particular, las colocaciones de US$ 1.000 millones en 2014 y en 2020 marcan hitos en el proceso de financiamiento del Estado.
El análisis de los distintos bonos muestra que las reaperturas de series previas también han sido un mecanismo recurrente, permitiendo obtener financiamiento sin necesidad de nuevas emisiones completas. Un ejemplo de ello es la reapertura del bono de 2050 bajo la Ley 6459/20, que sumó US$ 450 millones al endeudamiento nacional.
En términos de estructura, los bonos emitidos tienen vencimientos que van desde 2023 hasta 2050, con una creciente concentración en títulos a largo plazo. Este enfoque es una señal de la búsqueda de sostenibilidad en el servicio de la deuda, alargando los pagos y reduciendo la presión sobre el presupuesto público en el corto plazo.
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Gastos asociados a la emisión de bonos
Uno de los aspectos menos debatidos, pero fundamentales en las emisiones de bonos es el costo de colocación, que se refleja en los gastos descontados. En el periodo analizado, estos gastos sumaron US$ 14,79 millones, representando aproximadamente 0,2% del monto total emitido. Si bien este porcentaje es relativamente bajo, sigue siendo un costo financiero a considerar en la gestión del endeudamiento del país.
Los gastos de colocación varían de acuerdo con la serie y la legislación aplicable. Por ejemplo, los bonos 2023, bajo la Ley 4848/13, registraron US$ 2,55 millones en costos, mientras que los bonos 2033 emitidos en 2023 (Ley 7050/23) ascendieron a US$ 1,45 millones. La diferencia en los gastos de emisión puede estar vinculada a factores como el mercado al que se accedió, la tasa de interés de colocación y la intermediación financiera utilizada.
A medida que el Estado capta financiamiento a través de los bonos, una parte significativa de estos recursos es transferida para su uso en proyectos de inversión o amortización de deuda. Conforme con los datos oficiales, US$ 7272,68 millones han sido transferidos al 31 de diciembre de 2024, lo que equivale al 98,8% del total operado.
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A pesar de la alta tasa de transferencia de fondos, el análisis del saldo en el BCP al 31 de diciembre de 2024 revelaba que aún quedaban US$ 73,46 millones sin ejecutar, que podría explicarse por ciertas ineficiencias en la planificación del gasto público. Por tanto, de cara al futuro, la sostenibilidad de la deuda dependerá no solo de la capacidad del país para seguir accediendo a financiamiento a tasas favorables, sino también de la gestión eficiente de los recursos obtenidos.
En este contexto, Paraguay deberá continuar fortaleciendo su marco fiscal y asegurando que los fondos captados se traduzcan en inversiones productivas que impulsen el crecimiento económico y la estabilidad macroeconómica a largo plazo.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.