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Si bien otros procesos de la cadena productiva de la carne mantienen buena dinámica, como es el caso de las exportaciones o la faena, la situación es completamente distinta en el sector productivo, que ha sufrido importantes pérdidas. Tras arrastrar más de cuatro años de sequía, desde el 2019, se registra una disminución de casi 1.000.000 de cabezas, mencionó José Carlos Martin, titular de Senacsa.
“La evolución de las exportaciones es asombrosa, pero inorgánica, presionada por la sequía. Sobre todo en el Chaco, tenemos departamentos que han disminuido casi 50% de su ‘stock’ ganadero. Boquerón es el más afectado, le sigue Alto Paraguay, con un 35% de pérdida. En cambio, en la Región Oriental, el fenómeno que estamos observando es el de migración”, precisó.
De acuerdo con las proyecciones de Senacsa, se prevé que la vacunación del hato ganadero alcance el año que viene a 13 millones de cabezas, completando así una disminución de casi un millón de cabezas desde el 2019, que fue el último año de “buen clima”.
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De cara a las perspectivas de evolución del sector, el clima juega un papel preponderante, enfatizó Martin. “Si hay algún invitado importante a las buenas proyecciones del sector, es el clima. Toda planificación se desmorona, si esto no se cumple”, recalcó.
Año récord de faena
A diferencia de lo que sucede en el sector productivo, la faena apunta a cerrar el 2024 con un año récord, según el titular de Senacsa. Hasta octubre de este año, ya se faenaron 1.841.212 cabezas, con un aumento del 10,8 % en comparación al mismo periodo del año anterior, cuando el registro ascendió a 1.661.748.
Hasta el momento, la marca más alta corresponde al 2022, cuando el total de cabezas faenadas alcanzó 2.120.589. “Las pérdidas en el sector productivo no se traducen de manera inmediata en el ritmo de faena”, agregó.
Perspectivas
Para Martin, Paraguay está dentro de la lista de “benchmark” (mejor desempeño en el mercado) en lo que refiere a producción bovina, aunque aún hay que resolver la actual disputa de precios entre los productores y frigoríficos.
Más allá de la producción bovina, también hay una materia pendiente en impulsar el sector avícola y porcino, que tiene buenas perspectivas de crecimiento.
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“Actualmente, en el país se está procesando apenas 5 o 7% de la producción de maíz, que también se puede transformar en más ganado. En vez de exportar 300 millones de toneladas, se pueden enviar 2.500 y lo procesamos aquí para agregar valor agregado a nuestra producción cárnica”, enfatizó.
Apostar a nuevos mercados y cortes
Martin dijo además que Paraguay debe apuntar a expandir sus envíos a Asia. De hecho, citó que se está trabajando en lograr la habilitación de mercados como Corea del Sur y Singapur, aunque también México.
“No solo los cortes tradicionales. Hay otros con gran potencial como la lengua bovina, que en mercados como Taiwán tienen un valor de hasta 10 veces más que el lomito, por ejemplo”, añadió.
A la par, también se está analizando la posibilidad de exportar carne del sector caprino a Israel, donde la bovina ya logró un destacado espacio.
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Los ingresos por exportación de carne paraguaya siguen creciendo con un importante aporte en la economía. En el mes recientemente fenecido, la exportación de los distintos tipos de carnes, menudencias y despojos a los diferentes mercados del mundo totalizaron US$ 1.935 millones equivalentes a 630.890.786 kilogramos, según se desprende del informe del Senacsa.