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El economista y exministro de Hacienda, Dionisio Borda, analizó el plan presentado al Congreso por el gobierno de Santiago Peña (ANR cartista), a través del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Se trata del proyecto de presupuesto para el ejercicio fiscal 2025 que asciende a G. 132,8 billones (US$ 17.557 millones), aumenta G. 16,3 billones (US$ 2.153 millones) y equivale a 14% más comparando con el presupuesto 2024 aprobado inicialmente.
Borda dividió sus conclusiones en tres partes, lo que llama la atención del proyecto, las buenas noticias que contiene y, principalmente, los temas preocupantes que no se están corrigiendo.
Lo que llaman la atención
En lo que respecta a los puntos que llama la atención, dijo que el presupuesto presentado es el estreno del MEF con su nueva estructura organizativa, el Viceministerio de Economía y Planificación y el Viceministerio de Capital Humano que habrán intervenido en la elaboración del proyecto de ley que traza las políticas económicas, financieras y sociales del país para el próximo año.
Según Borda, estas nuevas funciones suponen dos cambios, por un lado, la incorporación de la planificación como base de la programación presupuestaria y, por el otro, la racionalización de los recursos humanos con la vigencia de la ley de administración del Estado. “Estas dos nuevas intervenciones deberían mejorar la eficiencia y la calidad del gasto. No se advierte, sin embargo, una estimación de ahorro del Tesoro por el efecto de la racionalización de los recursos públicos, como se menciona en el mensaje”, advirtió el exministro.
Otra situación llamativa en el mensaje, explica Borda se refiere al compromiso expresado como “crecimiento económico sustentable e inclusivo”. Añadió que es una promesa esperanzadora porque se trata de un crecimiento en armonía con el medio ambiente, el patrimonio natural y la incorporación de los sectores vulnerables a los beneficios de la buena performance de la economía. Sin embargo, el desafío está en el desempeño “Veremos en la cancha que pasa” expresó.
También llama la atención que reiterativamente menciona a nuestro país, como uno de los más destacados de la región, lo cual es bueno. Pero añadió que se debe mirar también la otra cara de la moneda: como la alta informalidad del mercado laboral, el bajo nivel de ingreso salarial de la gran mayoría de los trabajadores, la baja presión tributaria de 11,1 % del PIB, entre otros. A lo añadió que “convendría ser más realistas”
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El escenario fiscal 2025
En una segunda parte de su análisis, Borda detalló sobre el escenario fiscal 2025 para un presupuesto de US$ 17.557 millones que representa un incremento del 14% con relación al presupuesto aprobado de 2024.
Si bien el aumento es relativamente bajo, mencionó que siempre se da el caso en el transcurso del año fiscal, las ampliaciones se expanden habitualmente.
Añadió que si bien se prevé un aumento de la transferencia de las binacionales en un 23%, no es suficiente. “Así como está el incremento del gasto (14%) duplica al del ingreso (7,3%) en un escenario optimista y sin las múltiples ampliaciones presupuestarias del gasto durante el año”
En cuanto a la asignación adicional de recursos financieros a los “sectores prioritarios”, detalló que pareciera ser significativa, pero que no lo es.
“Si analizamos en términos de participación en el PIB, los coeficientes están muy por debajo de las necesidades de la gente y de las recomendaciones internacionales”, afirmó.
Así expresó que para educación representa el 2,7 % del Producto Interno Bruto (PIB), para Salud es igual al 2,6% del PIB. “Necesitamos muchos más recursos financieros por lo menos para doblar las asignaciones”, resaltó. Por otra parte, dijo también que las transferencias de renta para adultos mayores llegan a 340 mil personas y 200 mil en Tekoporá; por lo que estos beneficios no son tantos frente a un alto nivel de pobreza de 22,7%, quedando una deuda social aún alta. Con respecto a la asignación al MOPC, el Presupuesto está en el orden de solo 2,1% del PIB, por lo que el Gobierno apuesta en las APP y las concesiones privadas, o “llave en mano”, con los riesgos fiscales consecuentes.
En cuanto al déficit fiscal para cumplir el plan de convergencia es de 1,9%, equivalente a US$ 713 millones y el pago de servicio de la deuda pública es de 4,3 % del PIB. Acotó que los préstamos de organismos multilaterales están mayormente en dólares y que estamos en un escenario de apreciación cambiaria, con lo que aumenta el riesgo de la deuda. La depreciación estimada de la moneda doméstica 2025 es del 2% y la deuda externa fácilmente estaría el 85% en dólares.
Temas preocupantes
Entre los temas preocupantes mencionó que es la omisión del deterioro creciente de la Caja Fiscal.
“Esta situación no se menciona y todo da a entender que seguirá sin la reforma hasta el 2025. Esta postergación de parte del MEF, tiene incidencia por la sangría que representa al Tesoro y el financiamiento por parte de los contribuyentes”, lamentó Borda