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De acuerdo con el material informativo de referencia. en el 2023 las pérdidas totales en el sistema brasileño “representan el 14,1% de la energía inyectada”.
En nuestro país, el Sistema Interconectado Nacional (SIN), que maneja la ANDE, de acuerdo con la Memoria de la estatal correspondiente al mismo ejercicio, publicada la última semana, derrochó el 28,54% de la energía que inyectó la empresa eléctrica nacional a su sistema.
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Del total de energía que se perdió en Brasil el 2023, el informe de la Aneel detalla que el 7,4% se refiere a las pérdidas técnicas o sea 42 TWh (1 TWh = 1000 GWh), en tanto el 6,7% (38,2 TWh) corresponde a las pérdidas no técnicas.
Aclara el material de referencia que las pédidas no técnicas regulatorias que son reconocidas en las tarifas alcanzar los 27,3 TWh.
En nuestro país, reiteremos, en la parte de Transmisión del sistema interconectado, la ANDE admitió una pérdida de 1.129.197 MWh -5,11%- (1 MWh=1000 KWh) , en tanto que en Distribución, sector en el que se localizan los robos de electricidad, se asume un derroche de 5.170.925 MWh (23,42% del 28,54% que perdió en el ejercicio precedente).
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El medio brasileño explica que las pérdidas en el sistema eléctrico de su país se deben “principalmente a los hurtos y fraudes (adulteraciones del medidor o desvíos), errores de lectura, de medición, etc.”.
En cuando al peso monetario de las pérdidas, estas fuentes mencionan 28.800 millones de reales, equivalentes casi a US$ 5.200 millones, se recurre a la paridad vigente ayer US$ 1 = 5,5 reales.
En Paraguay, con un sistema mucho más pequeño, las monetización de la pérdida total de energía eléctrica en el ejercicio 2023, rondaba los US$ 320 millones.
La última cifra es el resultado de multiplicar 6.3300.121 MWh (pérdidas) por US$ 50,65, la tarifa promedia nacional de la empresa eléctrica estatal el año pasado.
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En lo concerniente a las causas de las pérdidas, específicamente las no técnicas, en los últimos años, desde la irrupción de las llamadas criptomineras, la sangría principal debe atribuirse igualmente a los robos, imputables principalmente a las granjas mineras ilegales y, en menor medida a los hurtos, porque en algunos asentamientos o viviendas, algunos de sus habitantes se cuelgan de las redes de distribución de la empresa estatal.