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Borda fue consultado por ABC sobre la situación económica que atraviesa el país al cierre del primer semestre del año y a poco de cumplirse un año de gestión del gobierno del presidente de la República, Santiago Peña (ANR-cartista).
A su criterio la buena noticia constituye el crecimiento económico proyectado para este año del 3,8%, lo que considera una performance formidable comparado con los otros países de la región.
“Este crecimiento económico no es mérito del gobierno, el sector privado es el artífice, motorizado por el sector agropecuario, aunque con efecto derrame limitado para el mercado laboral”, dijo en forma tajante el exministro.
Además del crecimiento, se suma que la inflación de este año será de 4%, el tipo de cambio en torno a G. 7.500 por dólar y las reservas internacionales suman US$ 10.700 millones en el sexto mes del año.
Política fiscal con desafíos e incertidumbres
En contraste a la política monetaria, sin embargo, dio que la política fiscal tropieza con más desafíos e incertidumbres. “El déficit fiscal está en torno a 3,2%, pero el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) está obligado, por la regla de convergencia fiscal, a cerrar el año con 2,6% del PIB”, añadió.
Borda considera que por ahora el manejo fiscal está logrando aumentar el ingreso tributario acumulado a mayo de 26,3% y un aumento del gasto solo del 10,2 %, repercutiendo negativamente en la inversión de capital por la disminución de la transferencia financiera de 49%.
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Sostiene que este recorte de US$ 140 millones en inversiones tiene un impacto negativo sobre el empleo y menciona, que el informe del primer trimestre del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reporta que más de 9% de la fuerza laboral esta desocupada (6,9%) y subocupada (2,9%), lo que términos absoluto significa alrededor de 300.000 personas con problemas laborales.
En ese contexto, citó que el 35% de los trabajadores perciben un ingreso monetario por debajo del salario mínimo y el 65 % de los que trabajan está en el sector informal.
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Otro indicador preocupante, según señaló el exministro de Hacienda, es aumento de la deuda pública que ya está en torno a 38,5% del PIB y seguiría aumentando en el año.
Afirma que la deuda pública no debe exceder 40% dada la muy baja presión tributaria de 10% del PIB. “En otras palabras, debemos estar muy alertas sobre la situación fiscal este año, recordando que la Caja Fiscal cerraría el año con un déficit operativo de US$ 200 millones, a ser cubierto con dinero de los contribuyentes”, puntualizó.
El nivel de pobreza es alto
Borda indicó que la mala noticia surge del área social y de la inacción del gobierno en la lucha contra la corrupción. Sostiene que el nivel de pobreza es alto, afectando al 22% de la población, la desigualdad muy elevada, con un coeficiente de Gini de 0,45 % y la inversión en capital humano, tales como salud, educación, nutrición, agua y saneamiento y seguridad social, uy baja.
“Al mismo tiempo la situación agraria no ha cambiado. La seguridad alimentaria de la gran mayoría de la población depende de los alimentos producidos por la agricultura familiar con serios problemas de crédito, tecnología, intermediación de mercado y el antiguo problema de la tierra”, destacó.
El exministro afirmó que los resultados de la lucha contra la corrupción y la impunidad, tales como el prebendarismo, clientelismo, nepotismo, la narcopolítica y actividades ilícitas, son escasos, razón por la cual seguimos siendo un país con no buena reputación a nivel internacional.
Pocos cambios para “estar mejor” todos
Sobre la gestión en lo que va de este gobierno, el exministro de Hacienda Dionisio Borda fue categórico al calificar de “mucho ruido y pocas nueces”.
A su criterio hay exceso de discursos y mensajes por las redes sociales, muchos viajes, pero pocos cambios para “estar mejor” todos.
Dijo que no se conoce la hoja de ruta del gobierno, fuera del programa “Hambre Cero”, y que es preocupante la carencia de un liderazgo autónomo del presidente de la Republica.
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“La influencia de la presidencia del Partido Colorado es muy fuerte en la conducción del gobierno. Esta sensación de bicefalia y el abuso de la mayoría parlamentaria dañan la imagen del país y debilita la democracia”, afirmó.
Sostuvo que “la gestión pública no deviene únicamente de su formulación tecnocrática sino, principalmente, por su dimensión política. A mi juicio, este es el primer escollo, que estamos tropezando como país”, puntualizó.
Tipo de reformas y las pendientes
En cuanto a reformas, Borda señaló que en este tiempo visualiza dos tipos de reformas, la primera corresponde a la iniciativa del nuevo gobierno: por un lado, la transformación del Ministerio de Hacienda en el MEF con la fusión de la Secretaria Técnica de Planificación y la Secretaría de la Función Pública, para ocuparse de la estrategia de mediano y largo plazo y del mejoramiento del capital humano y organizacional del sector público. Al respecto, indica que en la práctica el MEF se convirtió en un “superministerio” y cuyos resultados están pendientes.
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Por otro lado, dijo que se creó una entidad autónoma, la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) con la fusión de Subsecretaria de Estado de Tributación (SET) y la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), con aumento de la recaudación hasta ahora.
“La segunda clase de reformas viene del gobierno anterior y corresponde a las reformas estructurales. No hay dudas de la necesidad de estas reformas como la creación de la superintendencia de jubilaciones y pensiones, y la reorganización de la administración pública (ministerios y secretarias de Estado); ambas ya aprobadas, pero con una lenta implementación”, agregó.
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Expresó que quedan pendientes la reforma de la función pública y la carrera del servicio civil; y la de la Caja Fiscal. “Veremos si existe o no la voluntad política para realmente profesionalizar el servicio civil; y corregir la inequidad del sistema y parar el déficit, financiado con plata de los contribuyentes de las cinco cajas con pérdidas (militares, policías, maestros, magistrados, y docentes universitarios), siendo la excepción la de los funcionarios públicos”.
Congreso no cumple con su rol de control
Con respecto a la par de una mayor recaudación también se registra una lluvia de modificaciones presupuestarias para aumentar el gasto público, consideró que en cinco meses creció US$ 269 millones y que las malas prácticas continúan.
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“Una reforma no garantiza cambios. Tenemos sobradas experiencias en nuestro país, y ahora se agudiza; los hechos políticos van a contramano al espíritu de la reforma. El nepotismo, el clientelismo, y el prebendarismo echan por el suelo la intención de cambio”, puntualizó.
A su criterio el Congreso no cumple con su función de control y contrapeso del Poder Ejecutivo, crece el descontento por el abuso de poder del Parlamento, el escaso debate parlamentario y la marginación de la sociedad civil en la toma de decisiones. “El programa de Hambre Cero en 20 días de su presentación estaba promulgada la ley”, indicó.