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El Ing. Juan José Encina, presidente del capítulo paraguayo Ingenieros Eléctricos y Eléctricos (IEEE) y docente a la Facultad de Ingeniería de la UNA (Fiuna), en conversación con ABC, señalaba que el Acuerdo que el Gobierno de Santiago Peña publicó en nuestro país el jueves 9 de este mes, es un compromiso de uso adecuado los ingresos adicionales que provendrán de Itaipú, que deben invertirse en el logro de una infraestructura adecuada y para que en 2027 nuestro sistema eléctrico sea “confiable, robusto” y mejorar sus condiciones para que atraigan anuevas industrias en el país.
Encina apuntó otro hecho, “encaminar o comprometer la revisión del Anexo C, aunque añade que este punto debe ser esclarecido aún.
El técnico compatriota, expresidente de la Unión de Ingenieros de la ANDE (UIA) evalúa el acta de tendimiento, que según los documentos se logró el 19 de abril último, pese a que oficialmente lo dieron a conocer el jueves 9 de este mes, desde las dos consabidas posiciones:
Positivo, 1.- Se mantuvo el Acuerdo Operativo hasta el 2026. 2.- Se obtienen ingresos adicionales para Paraguay con una tarifa intermedia, que regirá hasta el 2026. 3.- Se habilita la venta de energía paraguaya en forma inmediata al mercado brasileño (Acaray, Yacyretá, nuevas). 4.- Fomentará la instalación de nuevas fuentes de generación para vender su energía al Brasil. 5.- Se fija una fecha límite para que termine la revisión del Anexo C, que es el 31 de diciembre de 2024.
¿Qué destino tuvieron US$ 12.000 M que recibimos en 40 años?
En lo concerniente a sus aspectos negativos, el Ing. Encina apunta cuanto sigue: 1.- Inadecuada política comunicacional. 2.- No se evaluó si el destino de los beneficios de Itaipú, de US$ 12.000 millones durante 40 años fueron eficientes tampoco cómo optimizarían esos destinos. 3. Está implícito lo que será incluido en la nueva Nota Reversal del Anexo C de Iatipú, sin margen para su modificación o ya comprometido. 4.- Debió habilitarse la venta de energía de Itaipú en forma inmediata y no desde 2027 o haberse incrementado la tarifa de cesión de Itaipú mientras no se haga lo anterior.
Reitera que le preocupa que no se haya analizado cómo se distribuyeron los 12.000 M que recibió el país desde 1985 hasta el 2023 para evitar recaídas en errores del pasado.
Por otra parte, el Acta de Entendimiento entre los gobiernos de nuestro país y del Brasil, que publicado “oficialmente” el jueves 9 de este mes, sin logo y sin firmas, aún ayer llamaba la atención porque el espacio correspondiente al ministro de Relaciones Exteriores del Brasil seguía en blanco.
El acta, recordemos, se acordó el el 16 de abril último, pero las autoridades nacionales no lo dieron a conocer antes del jueves 9 de este mes, pese a que la prensa brasileña, con el mérito de la primicia absoluta, favorecida por una mayor apertura de sus mandatarios de turno, dieron a conocer el hecho el martes 7 y el propio Ministerio de Minas y Energía, con su titular a la cabeza, Alexandre Silveira, lo confirmaron el miércoles 8.
Reunía la características de un material apócrifo
El jueves 9, otro hecho llamó la atención y aumentó la desconfianza pública en nuestro país. El documento, que fue exhibido “oficialmente” en X, antes twiter, reunía las características de un material apócrifo, porque el papel que cristalizaba “el logró histórico”, carecía de logo identificatorio de la instancia gubernamental de la cual emanó y, para colmo de males, de las firmas de los responsables.
Las comparaciones son odiosas, pero su utilidad es innegable, hasta la impugnada “acta biltateral” del 2019, sin timidez alguna, exhibía la firma de sus principales responsables, pero a los divulgadores del último documento no les importó ese relevante detalle.
Tras las quejas, apareció la copia, pero con tres firmas, falta la del jefe de Itamaratí, embajador Mauro Vieira.