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Rupert Schlegelmilch, exdirector de la Comisión Europea y jefe negociador del acuerdo UE-Mercosur, visitó la semana última nuestro país, se reunió con referentes de la sociedad civil, empresarios y autoridades públicas. Fue para hablar de la reglamentación 1115 sobre deforestación, que comienza a regir el 1 de enero de 2025, y el postergado acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el bloque regional Mercosur. Tras esos encuentros, dio una entrevista a ABC Color.
- ¿Cuál es la razón principal de su visita a Paraguay?
- Como sabes, desde hace mucho tiempo tenemos las negociaciones entre la UE y Mercosur, que tienen un componente comercial importante. Estamos haciendo una gira por las cuatro capitales de los países del Mercosur. No para negociar individualmente, porque negocian como grupo, sino para entender realmente la situación en el terreno, cuáles son los problemas finales que tenemos que resolver. Porque la negociación está casi terminada, pero tenemos una serie de temas a resolver y también tenemos una preocupación en muchos de los países sobre algunas legislaciones de la UE, como la regulación 1115, que no está vinculada a la negociación, pero tenemos que encontrar una solución pragmática, para que el comercio continúe fluyendo desde Paraguay y los otros países del Mercosur hacia Europa.
Para entender todo eso, necesitamos hacer dos cosas: explicar por qué lo estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo, y necesitamos entender cuáles son las expectativas y las dudas en Paraguay.
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- Me gustaría ahondar sobre las preocupaciones del sector privado. ¿Hubo algo puntual que se mencionó?
- Sí. El sector privado aquí está muy preocupado por la legislación sobre deforestación y pienso que en los últimos tres meses hemos avanzado mucho en este tema, en el sentido de saber cuáles son las preocupaciones de Paraguay y Paraguay entiende mejor cómo vamos a implementar la legislación.
No estamos negociando esta ley. El reglamento de deforestación existe, pero mi mensaje ha sido acá en Paraguay que el Acuerdo UE-Mercosur va a facilitar muchas cosas y va a ayudar a alcanzar cumplir ciertas leyes europeas de acceso al mercado de la UE.
Estamos construyendo una relación privilegiada, y una relación privilegiada no se limita solo a la ausencia de aranceles y a cuotas mejores o más altas para algunos productos agrícolas muy sensibles. También implica un diálogo mucho mejor sobre todo lo relacionado con el comercio, para evitar problemas en el futuro.
- ¿Estamos o no preparados para poder cumplir esas nuevas normas?
- Los operadores se enfrentan con una serie de cuestiones y nos han planteado preguntas muy claras. Corresponde a la UE proporcionar más orientación sobre cómo debería llevarse a cabo la implementación del Reglamento.
UE reconoce que no consideró situación de terceros países
- ¿Las recepciones de los otros países del mundo (a estas reglamentaciones) también son igual a las de Sudamérica?
- La UE es muy ambiciosa en el tema y, haciendo un poco de auto critica, es justo decir que no siempre se ha tomado suficientemente en cuenta el impacto que eso puede tener en los terceros países.
- Y ahora, ¿están viendo esos aspectos?
- Sí. A partir de estos acercamientos y los viajes y las misiones. La intención nunca ha sido parar el comercio.
Queremos tener una mejor calidad en los productos y menos problemas ambientales. Para lograrlo, debemos hacerlo posible de manera pragmática; de no hacerlo, los flujos comerciales irán hacia otros destinos, como China.
La UE quiere los productos paraguayos y no queremos que vayan a otro sitio. Vamos a ayudar a cumplir con los requerimientos para que esto ocurra, y a la par contribuimos a la agenda climática global.
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- Cuando empiece a regir el reglamento 1115, ¿van a haber al principio flexibilidades?
- Nosotros tenemos una discusión muy intensa. Actualmente tenemos un debate en Europa sobre este tema y cómo solucionarlo.
No es un problema solo en Paraguay, en Malasia o en Brasil, lo es también para los Estados miembros de la UE. Tenemos que asegurarnos que nuestros mismos países miembros puedan cumplir.
- Internamente en Europa, ¿todos los productores están en condiciones de cumplir todas las exigencias ambientales?
- Estas leyes se aplican también a los operadores europeos, nunca en la UE se producen leyes que se apliquen solo afuera. Nuestros propios operadores tienen problemas para cumplir con algunos requisitos.
- Tras las elecciones en la Unión Europea, ¿puede venir otra reglamentación?
- Nuestro registro de trabajo de reglamentos y de leyes es largo. Por ejemplo, está encaminada una ley sobre trabajo forzoso.
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- En el desarrollo del Acuerdo UE-Mercosur en particular, que también tiene su propio componente ambiental, ¿ven más apertura ahora en los socios más grandes del Mercosur, Brasil, Argentina?
- Estamos negociando un protocolo adicional sobre el medioambiente y pensamos que lo vamos a lograr sin obstáculos mayores.
- ¿Cuáles son los productos que Paraguay va a exportar aprovechando esa facilitación hacia UE y viceversa?
- Hoy en día lo que se exporta desde Paraguay a la Unión Europea son principalmente soja y carne, que son los dos productos principales. El acuerdo va a tener facilidades para algunos derivados de la soja y aumentar las cuotas de carne. Por lo tanto, habrá un acceso adicional al mercado para Paraguay. Y el arancel sobre el cuero también es importante.
Pero no se puede realmente mirar solamente a productos individuales. Lo que el acuerdo quiere hacer es crear un marco de condiciones estables para importaciones y exportaciones para muchos años, lo que, como hemos visto en otros lugares, conducirá a más inversiones, a inversiones directas en nuestros socios. Lo hemos visto en todas partes.
Gracias a este marco, los insumos para las nuevas industrias, como puede ser la industria papelera o la industria de autopartes, van a llegar de una manera más fácil y más barata, lo que va a facilitar la instalación de inversionistas que van a querer desarrollar estas nuevas industrias.
- En un momento dado de la negociación UE-Mercosur, Brasil y Argentina pusieron resistencia, y también del lado de la Unión Europea hubo nuevas exigencias. ¿Hoy cuál es el punto más complicado de destrabar?
- Bueno, creo que políticamente tenemos uno o dos puntos políticos muy difíciles. Un punto importante es tener el compromiso de respetar el Acuerdo de París como elemento central del Acuerdo. Es lo que llamamos un elemento esencial, como los derechos humanos y la no proliferación de armas nucleares. Ahora queremos incluir también el Acuerdo de París.
Es porque en un momento del pasado el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro declaró que iba a quitar el Acuerdo de París y que no creía en el cambio climático. La UE no desea desarrollar relaciones privilegiadas con países que quieren quitar el Acuerdo de París.
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- ¿Lula es más pro ambiente? ¿Y Argentina con Milei?
- Lula (Luiz Inacio Lula Da Silva) no quiere salir del Acuerdo de París. En Brasil hay programas muy ambiciosos en este momento. A nuestro saber, (Javier) Milei no quiere salir del acuerdo de París.
- ¿Cuándo podríamos tener un acuerdo UE-Mercosur?
- Lo más rápido posible. Es una decisión política. Preparamos todo para finalizar después de las elecciones de la Unión Europea. En la reunión de empresarios europeos comparamos la situación en la que estamos como los últimos cien metros con obstáculos de una carrera muy larga, para demostrar que realmente estamos finalizando y queremos llegar a la meta.
- Es una carrera muy larga...
- Sí, pero es un acuerdo de peso, es muy importante para nosotros, no solamente es un acuerdo económico sino también estratégico. Es el acuerdo estratégico más grande también para nosotros. Más grande que los acuerdos con Japón, Canadá, Asia, Vietnam, etc.
La Unión Europea es única en el mundo, es un actor supranacional. No es Francia la que negocia el acuerdo, no es Macron, es la Comisión Europea la que tiene el mandato, mandato otorgado por la propia Francia y los países miembros.
(El acuerdo UE-Mercosur) es muy importante estratégicamente, en particular porque vemos una fragmentación de la globalización. Vamos a distanciarnos un poco más de China. Hay que trabajar con los socios, con los países del Mercosur.