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“Es importante entender primeramente que existen diferentes malezas de acuerdo a las zonas, hay las de hoja fina, de hoja ancha y las leñosas, sobre las cuales nos enfocaremos en esta ocasión. Están las de la región Orientales como el sapirangy, jukeri, kurupika’y, ñoatî hovy; y en la región Occidental predominan las malezas más espinosas como aromita, algarrobillo, viñal, jukeri, tusca, verdeolivo, entre otras. Por regla general, se busca cortar las malezas leñosas al ras del suelo, hasta 4 dedos de altura máxima, si son muy ramificadas, asegurar de que no sobre ninguna rama que pueda ocasionar su rebrote, luego se procede inmediatamente a la aplicación de un herbicida específico para el control; este se coloca por encima del toco cortado y en la corteza de la planta”, explicó nuestro entrevistado.

Carga animal por hectárea
“En Paraguay hablamos de que el promedio de carga en un campo ganadero de pasturas implantadas, se encuentra entre 0,8 y 1 unidad animal por hectárea, o sea, si tomáramos un animal por hectárea, y tuviéramos 100 hectáreas de campo podríamos tener 100 unidades animales; pero, si el 50 por ciento de ese campo tiene malezas, entonces lo que tenemos son 100 animales en 50 hectáreas reales de pasto, lo que representaría 2 unidades animales por hectárea y una enorme presión para sus pasturas, por tanto allí se está teniendo un mal manejo, llegando a situaciones críticas por la excesiva degradación de la pastura, generando costos directos (máquina, semilla) e indirectos (tiempo, costo del diferimiento sobre otras áreas) y ahí es donde los productores deben entender que no solo están perdiendo, sino que están dejando de ganar”, señaló a continuación nuestro entrevistado.

Trabajo de toconeo y su duración
“Si el trabajo es realizado en forma correcta, dejando que la pastura se recupere y realizando un buen manejo posaplicación, la limpieza del campo puede durar hasta dos años o más. Cada cierto tiempo se debe monitorear, y si se hallan nuevas plantas, se debe realizar el repaso o mantenimiento correspondiente con el mismo sistema”, confirmó.
“Para realizar este trabajo es importante evaluar el campo, diagnosticar la situación y realizar una recomendación con el presupuesto adecuado a cada situación, de acuerdo al área que requiera la intervención; y que el servicio incluya acompañamiento en el inicio, durante y post aplicación, para asegurar el control del problema”, finalizó.