Muguruza llegó en apenas una hora y dos minutos a los octavos de final, donde tendrá como adversaria a la ucraniana Lesia Tsurenko (39ª), que sorprendió eliminando con cierta comodidad (6-2, 6-4) a la eslovaca Magdalena Rybarikova (18ª).
Será una buena oportunidad para borrar el mal sabor del año pasado, cuando cayó en los octavos ante la local Kristina Mladenovic.
La jugadora nacida en Caracas hace 24 años, campeona de Roland Garros en 2016 y de Wimbledon en 2017, abrió la jornada en la pista central Philippe Chatrier y fue un auténtico ciclón, con seis quiebres de servicio, superando en todos los aspectos del juego a su rival.
“Ella es una gran jugadora, tenía que hacer un gran partido hoy aquí. Estoy muy contenta”, dijo Muguruza justo tras su victoria.
Stosur, de 34 años, sólo pudo ganar con su servicio un juego y está lejos de sus mejores días, cuando llegó a ser subcampeona en Roland Garros en 2010 y campeona del Abierto de Estados Unidos en 2011.
En 2016, Muguruza ya había superado a Stosur con comodidad (6-2, 6-4) en su camino al título en París, pero entonces fue en las semifinales.
La española ha ganado un título este año, en Monterrey (México), pero en la temporada europea sobre tierra batida había tenido resultados discretos, con una tercera ronda en Madrid como mejor actuación. En Stuttgart abandonó por un problema físico y en Roma cayó en su partido de debut.
Tras las eliminaciones de Carla Suárez, Lara Arruabarrena y Georgina García Pérez en la segunda ronda, Muguruza era la única española que disputaba la tercera etapa del torneo y, por tanto, la única que estará en octavos de final en el cuadro femenino.