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Roger Federer volvió a competir en el circuito ATP dos operaciones de rodilla y 405 días después. El suizo jugó en Doha y en el primer partido, por la segunda ronda del torneo, derrotó a Daniel Evans por 7-6 (8), 3-6 y 7-5 en más de dos horas. El helvético, que no competía de forma oficial desde el Abierto de Australia 2020, mostró su calidad, pese a no ofrecer su mejor versión luego de un año sin actividad.
Ante un tenista con mayor rodaje el británico, mezcló momentos extraordinarios, pero con errores no forzados, sinónimo del largo parate. Federer tardo en adaptarse al resto en el primer saque y no forzó ni una sola bola de rotura, necesitando un desempate, en el que llegó a caer por 2-4 y salvó una bola de set para tomar ventaja en el resultado. Lo mejor fue el buen humor. Incluso cuando enganchó una derecha sencilla en un punto de set a favor, esbozó una sonrisa, mostrando la felicidad por volver.
Cuando el partido comenzó a ascender al estado físico, Evans aumentó el nivel y empezó a aprovechar los errores del campeón de 20 títulos del Grand Slam (record compartido con Rafael Nadal). Aceleró hacia el 6-3 y provocó que el primer duelo de Federer en cuatrocientos días fuera al tercer set. Un último parcial en el que el suizo sufrió los estragos de la falta de ritmo, mientras que el británico era incapaz de aprovechar las oportunidades.
Evans dispuso de dos bolas de ‘break’ en el séptimo juego, pero no acertó como Federer cuando el rival, nervioso, concedió una bola de partido en el décimo juego. Salvó con una jugada de saque y volea y aguantó el servicio, pero cuando tuvo que volver a sacar para estar en el partido, tembló de nuevo y al segundo punto de partido terminó derrumbado por el nacido en Basilea, que tendrá como rival al georgiano Nikoloz Basilashvili, quien superó por un doble 6-2 al tunecino Malek Jaziri.