Sabalenka, número 1 del mundo, se deshizo de Anisimova (número 9) por 6-3 y 7-6 (3) en 1 hora y 34 minutos. Fue su primer ‘Grand Slam’ de una temporada complicada, en la que había perdido las finales en Melbourne y París.
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En Wimbledon se quedó a las puertas de la final. Eliminada a manos de Anisimova, precisamente, que hasta la final de hoy en Nueva York le tenía tomada las medidas a la bielorrusa, habiéndole ganado 6 de sus 9 precedentes.
Para Anisimova, que es oriunda de Freehold Township, una ciudad dormitorio de Nueva York, esta final tenía un fuerte componente emocional. Era su redención, ocho semanas después de haber caído humillada en Wimbledon con un 6-0 y 6-0 propinado por la polaca Iga Swiatek.
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Las lágrimas de alivio que Sabalenka derramó sobre la pista tras cerrar el encuentro reflejaron un año en el que había rozado la gloria sin poder abrazarla.
“Todas esas duras lecciones han valido la pena por este momento, ahora mismo estoy sin palabras”, dijo Sabalenka al terminar el partido, recordando sus finales perdidas.
La bielorrusa es la reina de la pista rápida. Ha disputado las 6 últimas finales en esa superficie (tres en Australia y tres en Estados Unidos), doble campeona en Melbourne (2023 y 2024) y en Nueva York (2024 y 2025).