El homenaje al que se resistió el año pasado cuando perdió en primera ronda contra el alemán Alexander Zverev regresó con fuerza, con un acto cargado de emotividad.
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Toda su familia en las gradas, un público enfervorecido que gritaba su nombre y el ‘big4’ con el que tantas batallas protagonizó.
“Me habéis llevado al límite”, les dijo a Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray, a quienes abrazó en medio de la pista en la que durante 20 años dictó la ley y donde solo uno de ellos, el serbio, consiguió derrotarle.

“Creo que hemos demostrado que se puede querer al rival y al tiempo querer ganarlo con todas tus fuerzas y esforzarte al máximo para conseguirlo”, dijo posteriormente.
Fue uno de los momentos álgidos de una ceremonia cargada de emotividad, que comenzó con Rafa Nadal solo en la pista, vestido con traje negro, pisando una tierra que tantas veces recorrió en uniforme de batalla. Un Nadal que no pudo evitar derramar lágrimas mientras el público, vestido con camisetas del color de la tierra batida, aplaudía y gritaba su nombre.
“Quiero mostraros mi infinita gratitud por haberme dado la oportunidad de poder decir adiós en el lugar más importante de mi carrera (...) Aquí he disfrutado, sufrido, ganado, perdido”, aseguró tras ver un vídeo en el que aparecían algunos de sus mayores éxitos en la Philippe Chatrier.

La Philippe Chatrier donde su huella permanecerá para siempre, en una placa que se descubrió barriendo parte de la arcilla, junto a su nombre, otro vestigio de su leyenda, junto a la imponente estatua que saluda al público a la entrada al recinto. “Tener un trocito de mi para siempre en la Philippe Chatrier me emociona solo de pensarlo”, dijo tras el acto.
“Merci Francia, merci París”