Cargando...
Dos oros que confirmaron a la oceánica, como la única e indiscutible ‘reina’ de la espalda mundial, pese a la resistencia de la estadounidense Regan Smith que, como ya ocurrió en la final de los 100, tuvo que volver a conformarse con la medalla de plata.
Lea más: Una Pantera olímpica
Un desenlace que pareció que podría ser distinto cuando al paso por el ecuador la prueba aventajaba en 62 centésimas a McKeown que ocupaba la tercera posición por detrás de la canadiense Kyle Masse, plata hace tres años en Tokio.
Pero mientras que Regan Smith comenzó a acusar el trepidante ritmo con el que había arrancado la final, en la que por momentos la norteamericana nadó por debajo del récord del mundo, la australiana iba aumentando cada vez más su frecuencia de brazada.
Una aceleración que permitió a McKeown, la vigente plusmarquista universal de la distancia, recortar su desventaja a tan solo 18 centésimas a falta de los últimos cincuenta metros.
Largo final en el que la nadadora oceánica completó la remontada para imponerse con un tiempo de 2:03.73 minutos, nuevo récord olímpico.