Desde el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde Viveros comparte entrenamientos con la selección española de espada, la tiradora sueña con esa medalla dorada “que sería”, afirmó, “la mejor forma de promocionar este deporte en mi país, que es lo que yo más quiero”.
“Que la esgrima pueda crecer y que algún día sea tan reconocida como es el fútbol”, deseó. Montse Viveros se proclamó en septiembre campeona sudamericana absoluta de espada, pese a que por su edad aún tiene categoría júnior. Un éxito que permite bautizarla como la mejor esgrimista de la historia de Paraguay. Ocupa el puesto 63 de una clasificación mundial en la que delante de ella solo hay una mujer más joven, la húngara Eszter Muhari, en el puesto 41 con 17 años.
De su potencial se dio cuenta enseguida su entrenador en Paraguay, el español Juan Antonio Lucas, quien la puso en contacto con Manuel Pereira, dos veces olímpico con España y ahora al frente del Club Olimpo de esgrima en Madrid. “Manuel me vio tirar y me dijo que sería muy bueno que pudiera defender a su club. Vine encantada”, dijo a Efe Viveros, que por las mañanas se prepara con la selección y por la tarde con el club.
Ya estuvo en Madrid en 2017 y notó “una mejoría muy grande”. Por eso no dudó en trasladarse de nuevo a España, donde reside desde enero. “Este país tiene muy buen nivel en espada. Lo estoy pasando genial y entrenando muy feliz”.
“Me estoy preparando para subir más puestos en el ránking mundial, porque es uno de los métodos que se toma como clasificación olímpica. Otro es el preolímpico, que será en abril en Panamá, y al que cada país manda al mejor atleta que aún no haya clasificado. Estoy viendo también esa opción”, precisó Montse, que se llama así porque nació un 27 de abril, día de la Virgen de Montserrat.
Satisfecha con su técnica y con su táctica, considera que la preparación física es la parte que más debe mejorar: “Es en lo que le estoy metiendo bastante aquí y en lo que más me están ayudando. La resistencia, velocidad, la explosividad, ahí me faltan unos puntos por mejorar”, señaló.
HEREDERA DE COCO DA PONTE
Pese a su juventud, la espadista demostró un gran conocimiento de la historia olímpica de su país, que comenzó en México'68 vinculada precisamente con la esgrima: el único participante en aquella edición fue el floretista Rodolfo da Ponte.
“¡Sí, el profesor Coco da Ponte, del que yo aprendí muchísimo! ” , expresó Viveros. “ Le respeto mucho, le conocí y tomé un par de clases con él, y en poco tiempo aprendí mucho. También me dirigió unas cuantas veces, fue muy provechoso para mí”.
Desde Da Ponte, hubo esgrimistas paraguayos en Montreal'76, Seúl'88, Barcelona'92 y Atlanta'96. Todos hombres. “Nunca una mujer ha ido antes y espero ser no solamente la primera clasificada olímpica, sino también la que le lleve a mi país la primera medalla de oro. Es de plata la única que tenemos”, dijo en referencia al segundo puesto de la selección masculina de fútbol en Atenas 2004.
Viveros no descartó que esa medalla llegue en Tokio 2020, aunque no le preocupa que tenga que ser después. “En la esgrima, y especialmente en la espada, cualquier cosa puede pasar. Puedes ganar a alguien mejor que tú si tienes un día muy inspirado”, afirmó.
“Alguien que no tenga todo el nivel del mundo puede llegar lejos. En Tokio mi primer objetivo es clasificar y en los demás años trataré de trabajar esa medalla”.
ESGRIMISTA POR PARTE DE PADRE
Para Montse, la esgrima es “un asunto familiar”. “Mi padre, Carlos Viveros, fue esgrimista. Cuando tenía 8 años fue mi primer entrenador, me enamoré del deporte desde un principio y nunca lo dejé”, señaló.
¿Por qué la espada? “Mi padre era espadista y fue lo primero que me puso en la mano. Probé las otras armas, un tiempo estuve en florete, pero no era yo. No podía expresarme de la forma en la que me expreso con la espada”, dijo con firmeza.
Su cuenta en Instagram está encabezada por una máxima de autoría propia: “Concentración, atención y precisión... pero que nunca te falte pasión”. “Es una frase que yo misma hice, la pensé muchísimo. Uno puede tener la concentración, la atención, la precisión, pero si no tiene pasión no va a llegar mucho más lejos”, advirtió. Esa pasión, subrayó, también se entrena.
“Por supuesto. Depende de uno mismo. Con los años, cuando voy conociendo más a mi deporte y queriéndolo más, la competitividad también crece, como la pasión. Casi no se puede describir, pero en un combate que para uno es importante comienza a crecer ese sentimiento”, apuntó.
La campeona sudamericana permanecerá en España hasta diciembre, cuando dispute en Burgos la Copa del Mundo juvenil. En enero comenzará la Universidad en Estados Unidos, en alguna carrera relacionado con el área de los negocios o la administración, y hará compatibles los estudios y los entrenamientos con las próximas Copas del Mundo y el preolímpico.
COMPROMETIDA CON SU EQUIPO Y CON SU PAÍS
Uno de sus deseos es que sus compañeros en Paraguay tengan la oportunidad, como ella, de mejorar con salidas al extranjero. “Todavía nos falta crecer bastante a nivel país. La gente que se ha comprometido con el deporte está haciendo un buen trabajo. Vendría muy bien que en algún momento mis compañeros puedan salir, pero eso requiere resultados. Hay potencial, pero falta mucha más promoción del deporte”, consideró.
Montse Viveros es una persona comprometida que participa en la campaña 'OPA a la Violencia' de la Fundación Alda, contra el maltrato a mujeres y niñas. “Mi país no está pasando un muy buen momento debido a la violencia, a la corrupción. Eso es lo que queremos reducir con estas campañas en las que me invitaron a participar. Yo estoy encantada de hacerlo, porque me considero feminista, sin extremos, y siempre quiero la igualdad entre hombres y mujeres”, dijo.
“Lo principal que quiero es que dejen de ver a la mujer como un objeto, como algo débil. A través de esa campaña estamos promocionando que una mujer pueda sentirse bien consigo misma, segura, libre, y también concienciar a todos los hombres y a todas las familias para que enseñen a sus hijos que a una mujer hay que tratarla con respeto”, añadió.
Ella misma puede convertirse en “un referente femenino” al demostrar que “a través del deporte se puede llegar a marcar diferencias”. “Sería un sueño muy grande ” , afirmó la espadista de Asunción. EFE