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La sonrisa del piloto madrileño Carlos Sainz contrastó con la “celebración” de los 400 grandes premios de su compatriota Fernando Alonso (Aston Martin), que tuvo que retirarse en la vuelta 16 por una avería mecánica en su monoplaza; mientras que el ídolo local, el mexicano Sergio “Checo” Pérez (Red Bull), acabó decimoséptimo en el Autódromo Hermanos Rodríguez, y el argentino Franco Colapinto (Williams) duodécimo.
Sainz, que perdió el liderato en la salida ante un Max Verstappen que traccionó de manera brillante, le devolvió el adelantamiento en la vuelta 9 y desde entonces tuvo un camino tranquilo hasta cruzar la línea de meta, 62 vueltas después, con Norris frustrando un nuevo doblete de Ferrari tras su adelantamiento al monegasco Charles Leclerc, que acabó tercero, a falta de 8 vueltas para el final.
Con el segundo puesto de Lando, el británico recorta 10 puntos y se queda a 47 de distancia del neerlandés, líder, que acabó sexto ante su exceso de “juego sucio”, por sacar de la pista al segundo clasificado del certamen, por lo que fue penalizado 20 segundos.
Todavía quedan cuatro carreras por delante en este 2024, pero Carlos no quería irse sin sumar una victoria más con Ferrari. Ya la había conseguido en Australia, cuando aún no sabía si seguiría o no en la escudería italiana, pero con el anuncio de la llegada de Lewis Hamilton, el piloto español de 30 años quería desquitarse de ese sabor amargo de las despedidas.
Sainz conocía, además, que sus dos principales adversarios, Verstappen y Norris, estaban mucho más preocupados uno del otro que del propio madrileño y que, si hacía bien las cosas, tenía la victoria en su mano.
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Lando fue con todo en las últimas 20 vueltas por Charles, que soñaba con el doblete, tal como lo había liderado en Austin, aunque ahora intercambiando los papeles con Carlos. Norris tenía que recuperar 8 segundos respecto a Leclerc, cuyo ritmo, a priori, era mayor, pero la consistencia del británico pudo con todo.
El de McLaren presionó tanto al de Ferrari que en la vuelta 63, hizo que el monegasco pisara el acelerador antes de tiempo, por lo que el coche pegó un latigazo y el inglés terminó adelante.