El primer tiempo se caracterizó por el protagonismo casi absoluto de Independiente de Avellaneda, que si bien monopolizó la posesión del esférico, ejerció un control estéril. A pesar de su dominio territorial, el equipo argentino careció de la profundidad necesaria para vulnerar la portería de Marcos Giménez, el joven guardameta de Guaraní que hacía su debut a nivel internacional. El conjunto aurinegro, por su parte, adoptó una estrategia eminentemente defensiva, pobló su propio campo y renunció casi por completo a la ofensiva, dejando a Richar Torales como única referencia en ataque, al acecho de alguna eventual réplica.
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Durante los primeros 20 minutos del encuentro, se observó un repliegue excesivo por parte del “Aborigen”. Esta postura defensiva otorgó una libertad considerable al elenco local, que pudo merodear con facilidad las inmediaciones del área aurinegra, poniendo a prueba en reiteradas ocasiones al novel guardameta Marcos Giménez. Tras un inicio algo dubitativo, el arquero fue ganando confianza con el transcurrir de los minutos. Primero, corrigió un error de Wilson Ibarrola en un intento de control dentro del área, donde el balón se le fue largo, pero Giménez estuvo atento para anticiparse a Matías Giménez. Posteriormente, forzó una definición desviada del propio Giménez al achicarle rápidamente el ángulo de disparo.
Guaraní se mantenía expectante, al acecho de cualquier oportunidad, fue así como el volante Agustín Manzur se interpuso en la salida del rival, interceptando un intento de pase del zaguero Sebastián Valdez. Intuyendo la posibilidad de generar una réplica y aprovechando el adelantamiento de las líneas de los “diablos rojos”, Manzur condujo el esférico unos metros para luego habilitar a Richard Torales, dejándolo en una posición inmejorable para definir, sin embargo, el ex Ameliano demoró la resolución, lo que permitió la recuperación providencial de Kevin Lomónaco, quien con un puntín envió el balón al tiro de esquina, frustrando la inminente apertura del marcador por parte del atacante aurinegro.
El equipo dirigido por Julio Vaccari mantenía el control del juego y, superada la media hora, logró tejer una dinámica ofensiva colectiva de gran peligro. La jugada se originó en un centro preciso de Álvaro Ángulo, que Santiago Montiel amortiguó con el pecho para la aparición frontal de Luciano Cabral. Este último conectó un potente derechazo de primera intención que encontró la providencial intervención del portero Marcos Giménez, quien con una espectacular atajada logró desviar el balón por encima del travesaño, evitando así la caída de su valla. Sin embargo, la sensación de gol por parte del dueño de casa era palpable, y la apertura del marcador parecía inminente, dada la insistencia y el dominio ejercido.
El merecido desequilibrio en el marcador se concretó en los minutos finales de la primera mitad. La jugada que derivó en el gol se originó en un despeje corto y hacia el centro del zaguero Gustavo Vargas, el balón quedó en la frontal a merced de Diego Tarzia, quien se acomodó rápidamente para luego ejecutar un zurdazo rasante que se coló en el costado izquierdo de Marcos Giménez. Para mala fortuna del portero aurinegro, el esférico se elevó ligeramente debido a una irregularidad en el terreno de juego justo antes de alcanzar su posición, entorpeciendo por completo el movimiento que había iniciado para intentar evitar la caída de su valla.
En la segunda mitad, Guaraní continuó sin encontrar los caminos para revertir la situación. Las modificaciones introducidas por Francisco Arce no surtieron el efecto deseado para buscar el empate, que le permitiría mantener la posibilidad de depender de sí mismo en la lucha por la clasificación directa. En una acción que evocó la primera parte, Luciano Cabral volvió a ensayar un remate de derecha tras un pivoteo de Matías Giménez. Al igual que en la etapa inicial, el portero Marcos Giménez respondió, desviando nuevamente el balón por encima del travesaño, evitando así el segundo tanto del conjunto local.
El equipo local continuaba deleitando a sus aficionados con un festival de pases, aunque la efectividad seguía siendo una asignatura pendiente para el conjunto argentino. Después del gol, la ocasión más clara que generaron fue un cabezazo de Giovanni Millán que se estrelló en el travesaño. Por su parte, Guaraní careció de los recursos necesarios para igualar el marcador, que finalmente se cerró con la mínima ventaja a favor de Independiente de Avellaneda, resultado, que permite al “Rojo” asumir el liderazgo del Grupo A y se erige como el único equipo que depende de sí mismo para asegurar su pase directo a los octavos de final.
