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Arrúa dijo que los jugadores tienen que saber recibir los elogios y las críticas de la prensa y de los periodistas. “Hay que saber recibir alabanzas y críticas porque es para tu bien. Algunos creen que ustedes están metidos como empresarios para vender a los futbolistas y no es así. Recibí elogios y críticas, nadie te regala nada, no porque la prensa te alabe vas a ser transferido. Cuando me calificaban el mejor en un partido, al día siguiente ya estaba trabajando de vuelta porque el siguiente domingo ya tenía otro examen”, afirmó a la 730 AM, ABC Cardinal.
Después contó la anécdota de cuando Olimpia bajo la presidencia de Humberto Domínguez Dibb dijo. “Cuando en el 71 hubo un roce con Marcos Pavlovsky y fui separado del equipo, siempre practicaba y fue en esa época que Olimpia me quiso llevar, se enteraron los dirigentes de Cerro y para que eso no ocurra quisieron darme el pase a Nacional, ahí salió mi madre que era cerrista y me dijo que si me iba a Olimpia tenía que desaparecer de su casa”, contó entre lágrimas Arrúa.
El “Nino” se quebró al recordar a su madre. “Ella nunca me vio jugando al fútbol, siempre escuchaba por la radio nomás. Yo mismo no quería que se vaya porque en la cancha escuchas cualquier cosa. Ella me apoyó para que sea jugador de fútbol, por eso me acuerdo de ella y me emociona”, comentó.
Dijo que respeta a todos los clubes pero que para él siempre está en primer lugar Cerro Porteño. “Para mí Cerro está siempre en primer lugar, pero tengo el cariño de muchos olimpistas porque les respeto. Esta noche juegan y les deseo lo mejor, además tienen un ejemplo para los jóvenes, un jugador como Roque Santa Cruz. Yo dí el nombre de Raúl Amarilla para que vaya a Zaragoza así como Carlos Diarte que fue considerado el mejor centrodelantero de Europa”, finalizó.