Todo comenzó con un regalo muy especial. Julito, quien ya le había obsequiado un rosario al “Profe” Alfaro, acudió a las inmediaciones del CARDE para un nuevo encuentro con el entrenador. Alfaro, conocido por su cercanía con la afición, mostró una emoción visible al agradecer el obsequio, que, como él mismo expresó, ocupa un lugar de preponderancia en su intimidad.
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Reencuentro emotivo: El rosario en la mesita de luz
La conmovedora historia sumó un nuevo capítulo cargado de emoción días después. Julito y Alfaro tuvieron la oportunidad de reencontrarse en Ypané. Con evidente satisfacción, el “Profe” se acercó nuevamente al pequeño para reiterar su agradecimiento. "Muchas gracias por el regalito que me diste, lo tengo al lado en la mesita de luz“, le dijo Alfaro, confirmando así que el rosario ocupa un lugar especial en su vida personal.
Un vínculo que trasciende lo deportivo
Este nuevo encuentro subraya la conexión genuina que Gustavo Alfaro ha logrado establecer con la afición paraguaya, de todas las edades. Gestos como el de Julito o el del repositor Claudio Rejala, sumados a la gratitud del entrenador argentino, refuerzan el vínculo inquebrantable entre el líder del grupo, el equipo y la hinchada albirroja.
Estos detalles, que van más allá de lo meramente deportivo, generan una atmósfera de esperanza renovada de cara a los próximos desafíos. La Albirroja tiene un objetivo claro y ambicioso: clasificar, después de 16 largos años, a la máxima cita del fútbol a nivel de selecciones. La ilusión de Julito y de millones de paraguayos se nutre de estos momentos, que demuestran que el fútbol es, en esencia, mucho más que un juego.