“Lo primero que me sorprendí honestamente y lo estuvimos charlando. Obviamente, Dami (Bobadilla) es un chico extraordinario. Yo lo quisiera para yerno, es un pibe divino, con unos valores, un chico con una educación, con un respeto absoluto”, expresó Alfaro, visiblemente afectado por la situación.
El seleccionador, con una vasta experiencia en el fútbol, hizo hincapié en la intensidad de las situaciones que se viven dentro del campo de juego. “Obviamente que adentro de la cancha pasan un montón de cosas y con esto no quiero justificar absolutamente nada, ni me voy a poner a justificar una agresión con otra agresión ni nada por el estilo, pero adentro de la cancha pasan un montón de cosas”, señaló.
Alfaro, incluso, compartió una dura experiencia personal para ilustrar su punto: “Las cosas que pasan en la cancha mueren en la cancha. A mí me ha pasado de ir a Brasil en Copa Libertadores y terminé con un jugador cuatro días preso, preso con los presos comunes, donde tuve nada más que una manzana y un litro de agua para comer en cuatro días. Y en una causa que fue armada por una denuncia de un espectador que leyó los labios, supuestamente, y después no quedó en la nada”.
El técnico albirrojo enfatizó su conocimiento de Bobadilla y su compromiso con él. “Yo soy muy respetuoso de todo y me duele ya que esto se instale en el lugar donde se instala. Y más que nada porque, por lo menos de mi lado, yo conozco al protagonista. Y yo siempre voy a estar del lado de él. No por hacer causa común con un jugador que yo tengo, sino porque yo sé quién es Damián”, afirmó con convicción.
Finalmente, Alfaro reflexionó sobre la naturaleza pasional del fútbol y la dificultad de controlar las emociones en momentos de alta tensión. “El fútbol es un juego pasional, que las pasiones se exteriorizan de determinada manera, que es muy difícil. Las pulsaciones son muy altas, porque si uno diría que todo se hace porque está bien, hay que hacerlo con racionalidad y todo lo demás. Pero a mí me han expulsado también por exceso verbal. Si en 32 años no hubiese reaccionado no tengo sangre, y con esto digo no quiero justificar absolutamente nada, yo digo nada más que a veces a uno le da cierto temor cuando las cosas se quieren instalar en otro lugar”, concluyó.