Antes de abandonar por motu propio la cancha, Muntari se dirigió al árbitro para advertirle de los gritos racistas, lo que le valió una tarjeta amarilla. Tras dejar el terreno de juego recibió otra cartulina amarilla.
Según el comunicado del comité disciplinario de la Lega, Muntari fue suspendido por su “doble amonestación por protestas al director de juego y por su comportamiento antirreglamentario (...) porque abandonó el terreno sin autorización del director de juego” .
El organismo, en cambio, no sancionó al Cagliari al considerar que los gritos racistas los lanzaron “unos 10 aficionados, es decir, menos del 1% de los ocupantes de ese sector”.
Horas antes, el sindicato de futbolistas profesionales FIFPro había instado a las instancias del fútbol italiano a “investigar” lo ocurrido y “medidas fuertes” para luchar contra este tipo de comportamientos.