A la espera de lo que haga el líder el lunes contra el Estoril (quinto clasificado), los “dragones” cumplieron con su cometido y se sitúan a sólo un punto de los lisboetas aunque con un partido más, lo que convierte en fundamental el cara a cara entre ambos del próximo fin de semana.
Los tres goles del Oporto llegaron en los veinte primeros minutos de partido, una ventaja que luego se limitó a administrar con suficiencia.
El colombiano James Rodríguez, que esta temporada ha ido de más a menos -en línea con lo ocurrido con el resto de sus compañeros-, abrió el marcador cuando corría el minuto 10 tras una gran jugada y asistencia de su compatriota Jackson Martínez.
Ocho minutos más tarde, el central Mangalá hizo el segundo después de una falta escorada que tocó de cabeza Moutinho para que el defensa francés (en claro fuera de juego) colocara de tacón el balón en la red.
Ni dos minutos habían pasado cuando una rigurosa falta cometida sobre Varela en el borde del área fue señalada como penalti por el árbitro de la contienda, y el argentino Lucho González no desaprovechó la oportunidad desde los once metros.
Los locales, desarbolados por el empuje de los blanquiazules, se beneficiaron a la media hora de juego de otro penalti por manos de Mangala, lo que le sirvió a Candeias para colocar el 1-3, resultado que no volvería a moverse de ahí y hasta el final del duelo.
La nota curiosa del partido la puso la afición local, que en los últimos minutos del encuentro comenzó a entonar cánticos a favor del Benfica, rival en la lucha por el título del Oporto.