“No creo que los ingleses enfrenten riesgos más grandes que los que enfrentaron en Irak o Afganistán, donde perdieron recientemente cientos de jóvenes soldados” desde 2003, dijo en conferencia de prensa, consultado sobre los riesgos que los hinchas ingleses pueden enfrentar en Manaos (norte).
Recordó la historia colonial de los británicos en las zonas tropicales y agregó, riendo: “¡Hay un cementerio inglés en Recife (noreste), no creo que su población aumente durante la Copa del Mundo!"
Mientras Rio de Janeiro atraviesa un recrudecimiento de la criminalidad y Copacabana fue centro de violentas protestas a fines de abril, el ministro citó una larga lista de matanzas: “La tragedia en Alemania cuando deportistas fueron secuestrados y asesinados” en los JO-1972 de Munich, “los Juegos de Atlanta (1996) donde hubo un atentado con muertos en el parque olímpico”, y “un atentado en una estación de trenes en Volgogrado con víctimas civiles” antes de los Juegos de invierno en febrero en Sochi, Rusia.
Recordó incluso los asesinatos en Suecia de un primer ministro (Olof Palme en 1986) y de una canciller (Anna Lindh en 2003) , los “enfrentamientos de talibanes a las puertas de Londres”, o “la periferia parisina en llamas durante semanas, y la misma cosa en Londres”.
En París, “a veces se cometen atentados en las estaciones de metro muy frecuentadas (...) y ninguna ciudad de Europa escapa a ese riesgo, a ese miedo”, afirmó.
“Cada uno con su tragedia, y además conmemoramos este año la mayor matanza que fue la Primera Guerra Mundial”, continuó.
“Todos tenemos nuestros desafíos, nuestras tragedias, problemas graves en el plano de la seguridad”, admitió Rebelo no obstante.
“Brasil está mucho menos expuesto a este tipo de riesgos nacionales, religiosos, étnicos. Hay violencia común, cotidiana. Hemos implementado una policía civil, federal, militar, tomamos nuestras precauciones. Hemos adquirido equipamientos modernos y sofisticados para la seguridad pública, y eso reduce bastante el riesgo de la criminalidad común”, sostuvo.
Rebelo aseguró que el gobierno brasileño hará “todo lo posible para proteger a la población, los invitados, los turistas, los periodistas”.