Todos ellos se han convertido en la cruz de la moneda de los banquillos de una Copa en la que han compartido la decepción como característica común a sus respectivos desempeños.
Mientras Tabarez, con una década al frente del equipo uruguayo al que se incorporó en su segunda etapa en 2006, parece consolidado en su puesto por prestigio y jerarquía, Ramón Díaz y Dunga ya están fuera de las selecciones con las que han participado en la Copa.
Tabarez es, por lo tanto, el que mejor parado ha quedado de los tres, ya que mantiene el puesto gracias, entre otros factores, al espíritu del éxito conseguido en la Copa América ganada por Uruguay en 2011 y al buen desempeño de la selección en las eliminatorias hacia el Mundial del Rusia en las que su equipo es líder.
Su figura, por ejemplo, es mucho más respetada en Uruguay que la de Dunga en Brasil, ya que el futbolista que levantó la Copa del Mundo en 1994 cuenta con numerosos detractores. Su salida de la selección no ha entristecido mayoritariamente a los seguidores brasileños.
Dunga, que destaca por su escasa popularidad, ganó como seleccionador con Brasil la Copa América de 2007 en Venezuela y la Copa Confederaciones de 2009 en Sudáfrica.
Ahora ha puesto fin a su ciclo actual por decisión de la Confederación Brasileña de Fútbol, que este martes anunció que el técnico no iba a continuar al frente de la selección y que no la dirigirá en los Juegos Olímpicos de agosto en Río de Janeiro.
Por tanto, el que se supone líder de la selección, Neymar, que no ha jugado en la Copa América pero que sí va a estar en la cita olímpica, se encontrará con un nuevo entrenador cuando se incorpore a la convocatoria del equipo que tratará de lograr la medalla de oro para un país que no puede permitirse un nuevo fracaso futbolístico.
La decepción por la eliminación en la actual Copa América, unida la debacle que supuso la caída en el Mundial de 2014, obligan a Brasil a reencontrar el camino perdido hace ya bastante tiempo.
Ramón Díaz, por su parte, presentó la dimisión “indeclinable” tras la eliminación de Paraguay en la Copa. Al igual que Dunga no ha contado con un apoyo inquebrantable, ya que un sector de la afición paraguaya no lo identificaba con la selección y, en algunos casos, ni con el país.
Su adiós a la selección, le desvincula de definitivamente del fútbol paraguayo y abre una etapa nueva para la selección en su complicado camino hacia Rusia 2018.