Inglaterra ha tenido un historial sólido en los últimos grandes torneos: alcanzó dos finales consecutivas de la Eurocopa (perdiendo ante Italia y España), llegó a las semifinales del Mundial de Rusia 2018 (cayendo frente a Croacia) y fue eliminada por Francia en los cuartos de final de Catar 2022. Sin embargo, su único título mundial data de 1966, un factor clave para el análisis de Tuchel.
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Para el técnico alemán, la falta de éxito en décadas obliga a la modestia, especialmente cuando se enfrentan a naciones con un palmarés más reciente. "Seremos no favoritos porque no hemos ganado el Mundial en décadas y vamos a jugar contra equipos que lo han ganado varias veces desde entonces. Tenemos que llegar unidos como un equipo o no tendremos ninguna oportunidad", sentenció Tuchel antes del partido amistoso contra Gales.
El seleccionador utilizó una analogía deportiva para ilustrar su punto, comparando la situación de Inglaterra con el tenis: “Si nunca has ganado Wimbledon, puede que seas uno de los favoritos, pero no vas a ser el favorito. Puede que estés cerca, en el grupo, pero no vas a ser el favorito. Está Brasil, Argentina, España, Francia... No significa que no tengamos oportunidades y eso lo sabemos muy bien", añadió.
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Mientras el debate sobre el favoritismo se enciende, Inglaterra mantiene un rumbo impecable en la clasificación para el Mundial. El equipo lidera el Grupo K con quince puntos de quince posibles. Los ingleses se enfrentan este jueves a Gales en un amistoso, y el próximo martes jugarán contra Letonia en la fase de clasificación. La estrategia de Tuchel, al bajar el perfil de su equipo, podría interpretarse como un intento de aliviar la presión sobre un grupo que históricamente carga con grandes expectativas.