Este es el premio grande de un pastel de 1.000 millones de dólares con el que la FIFA endulzó esta nueva competición, que congestionó el calendario de los futbolistas y recortó sus descansos.
El PSG y el Chelsea, supervivientes de cuatro semanas de competición en el verano estadounidense, librarán la batalla final el domingo (16:00 hora de Paraguay) en el MetLife Stadium de East Rutherford, a las afueras de Nueva York.

En juego estará el trofeo de este primer Mundial ampliado a 32 clubes y también un último pellizco de la mayor bolsa de premios de un torneo futbolístico.
Los criterios con los que la FIFA ha repartido estos beneficios favorecieron desde el principio a las 12 escuadras europeas, que recibieron una cuota de entrada superior a la de los otros competidores.
Este ingreso por participación se situó en un rango de entre 12,81 y 38,19 millones de dólares, dependiendo de una clasificación basada en criterios deportivos y comerciales.
Por rendimiento deportivo, el PSG y el Chelsea recibieron cuatro millones de dólares en la fase de grupos, dos millones por cada una de sus dos victorias y un millón por cada empate.
A estos ingresos sumaron 7,5 millones por clasificar a los octavos de final, 13,1 millones a los cuartos y 21 millones a las semifinales.
Ambos finalistas tienen ya asegurados otros 30 millones de dólares y el ganador puede extender sus ganancias hasta alcanzar el premio máximo superior a los 100 millones.