Cuando llegue la media noche del lunes 30 de junio, Osimhen acabará su aventura como jugador del equipo turco y volverá a las filas de un equipo que bajo las órdenes de Antonio Conte es el vigente campeón del ‘Scudetto’, repitiendo la hazaña de 2023, cuando fue el héroe y máximo goleador de un título histórico.
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Lejos quedan ya esos tiempos y la relación entre club y jugador es muy tensa. El nigeriano, Balón de Oro africano 2023, pidió salir tras la desastrosa temporada napolitana 2023-2024 y, tras varios meses de negociaciones con distintos clubes, se quedó sin sitio en el equipo.
Porque después de que se especulara con el PSG o con el Chelsea, Osimhen se quedó a dos días del cierre de mercado de las grandes ligas sin proyecto. No fichó por nadie y el Nápoles no le inscribió en las competiciones.
Su elevado salario y sus gigantes expectativas complicaron su salida y solo la lesión del argentino Mauro Icardi le permitió poner en orden su carrera. Pasó de tener que esperar al mercado de invierno sin jugar, apartado en la grada, a ser la nueva estrella del combinado turco, al que llegó gracias a que su ventana de fichajes cierra más tarde, a principios de septiembre.
Terminada ahora su andadura en el club de Estambul, con 37 goles y 8 asistencias en 41 partidos, y por el momento sin noticias de si su futuro estará ligado al Galatasaray o a otro equipo, Osimhen tendrá que volver a Italia, donde el próximo 15 de julio el combinado napolitano comienza la pretemporada.
El Nápoles, por el momento, según apuntan medios italianos, no cuenta con el futbolista para la próxima campaña y prefiere deshacerse de su elevado salario.
En el horizonte del jugador, que tiene contrato con el Nápoles hasta 2027, asoma el fútbol árabe, con el Al-Hilal de Simone Inzaghi, exentrenador del Inter de Milán, como el club más interesado por fichar al delantero.
Fuente: EFE