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“Le pregunté si podía darle un besito y me dijo ‘vale’, eso es lo que ocurre”, expuso Rubiales en su esperada declaración en el juicio que se le sigue por presunta agresión sexual y coacciones desde el 3 de febrero. A la pregunta de si tenía certeza de que Hermoso le había dado su consentimiento, Rubiales respondió estar “totalmente seguro”.
La Fiscalía pide 2,5 años de cárcel por ambos delitos. “Lo que había acontecido ‘el beso’ no tenía ninguna importancia, ni para mí ni para ella”, agregó el exdirigente, que defendió que lo ocurrido “no se trata para nada” de un comportamiento violento, sino de “un gesto de cariño”.
En su declaración la pasada semana, Hermoso había afirmado que aquel beso nunca debió ocurrir, que no lo consintió y que se sintió “poco respetada”.