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Marruecos, el primer equipo africano en jugar unas semifinales mundialistas fue el último de los candidatos en decir tempranero adiós a esta competición, tras perder en octavos final ante Sudáfrica.
“Estamos muy decepcionados porque vinimos aquí con la ambición de ganar”, admitió el técnico marroquí Walid Regragui. “Quedar fuera tan pronto no estaba en nuestros planes, pero esta competición es muy difícil. Asumo la responsabilidad, hoy fallé” , añadió.
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* Y la maldición prosigue para Marruecos, que sólo conquistó una Copa de África, en 1976, poco bagaje para un equipo con el estatus de gigante del continente, con jugadores de la talla de Achraf Hakimi, Youssef En-Nesyri, Sofyan Amrabat y el arquero Bono, por citar a algunos.
También cayeron en octavos el vigente campeón Senegal de Sadio Mané, Kalidou Koulibaly, Ismaila Sarr, Edouard Mendy, y el vigente subcampeón Egipto de Mohamed Salah, Mostafa Mohamed, Mahmoud Trezeguet.
Con Túnez y Argelia eliminadas en la primera fase, el norte de África se quedó sin representantes en el torneo. También defraudaron Ghana (eliminada en fase de grupos) y Camerún (despedido en octavos).
* Milagro. La presencia entre los ochos mejores de Costa de Marfil tiene tintes de milagro.
Los ‘Elefantes’ avanzó a octavos como último mejor tercero al término de una fase de grupos desastrosa concluida con una derrota ante Guinea Ecuatorial (4-0) y un cambio de entrenador, con Emerse Faé, antiguo adjunto, ocupando el puesto del destituido Jean-Louis Gasset.
La anfitriona encaraba los partidos de eliminación directa con un pobre bagaje de dos derrotas y una victoria, mientras que Senegal fue el único equipo con pleno de victorias en la primera fase.
Pero el viaje continúa para los ‘Elefantes’, que jugarán el próximo sábado por un puesto en semifinales ante la selección de Malí.