El principal rival en la lucha por el liderato para el Barcelona será el Bayern de Múnich, un equipo que inevitablemente obliga a recordar el humillante 8-2 encajado por los azulgranas hace dos temporadas en la fase final exprés de Lisboa.
El Barça ha cambiado desde entonces, en reconstrucción tras las pérdidas de Luis Suárez y Leo Messi, mientras el Bayern mantiene una plantilla muy similar, con algunos retoques, a la que levantó la Liga de Campeones de 2020.
El principal cambio de los germanos está en el banquillo, pues la fuerza de Hansi Flick, ahora seleccionador alemán, fue sustituida este verano por la finura táctica de Julian Nagelsmann, un entrenador que conduce un transatlántico por primera vez a sus escuetos 34 años.
El mayor peligro en ataque de los bávaros sigue siendo el polaco Robert Lewandowski, un ariete que a los 33 años está en el mejor momento de su carrera: anotó 48 goles la pasada campaña, incluidos 5 en la Liga de Campeones y 41 en la Bundesliga, con los que batió el récord del recientemente desaparecido Gerd 'Torpedo' Müller.
Nagelsmann cuenta también en la delantera con la habilidad de Leroy Sané y Serge Gnabry, mientras el centro del campo está comandado por la pareja Kimmich-Goretzka, que combina cerebro y músculo.
En la línea defensiva, el Bayern sufrió este verano la baja de David Alaba, reclutado por el Real Madrid, pero contestó con la incorporación del central sensación de la Bundesliga: Dayot Upamecano.
La competencia entre españoles y alemanes promete emociones aunque el Barça parta con teórica desventaja en la plantilla, y es que el equipo catalán es un experto en la primera fase de la competición: ha ganado su grupo en 9 de las últimas 10 temporadas, solo apeado del liderato por el Juventus el curso pasado.
El siguiente rival más peligroso del grupo, aunque muy lejos del nivel del Bayern, parece el Benfica lisboeta, que tras un año de ausencia en la Liga de Campeones regresó a la principal competición continental tras ganar al PSV holandés una eliminatoria de infarto (2-1 global).
El cuadro portugués, entrenado por el polémico Jorge Jesús, no cumplió las expectativas la pasada temporada al quedar fuera de la 'Champions' y no pasar del tercer puesto en la Liga, detrás del Sporting y el Oporto, pero este año ha ganado sus primeros tres partidos ligueros y se ha tomado una revancha europea.
La columna vertebral del Benfica está formada por el griego Vlachodimos en la portería, por el veterano argentino Nicolás Otamendi en la defensa, por la pareja Weigl-Joao Mario en la sala de máquinas y rematada por el olfato de gol del ucraniano Yaremchuk.
Precisamente Joao Mario y Yaremchuk han sido los principales fichajes de los lisboetas este verano, en busca de una solidez atrás y contundencia arriba de la que carecieron el año pasado los de Jorge Jesús.
El Barça se reencontrará también a un ex en las filas del Benfica, el lateral izquierdo Alejandro Grimaldo, asentado en la capital portuguesa después de no poder triunfar de azulgrana.
El último integrante del grupo E es el Dinamo de Kiev, un conjunto al que el Barcelona ya enfrentó en la liguilla inicial de pasada Liga de Campeones y al que venció con en ambos compromisos (2-1 y 0-4).
El equipo del mítico Mircea Lucescu, que sigue al pie del cañón a sus 76 años, cuenta con un buen grupo de jugadores jóvenes ucranianos, base de la selección de su país, como los laterales Karaev y Mykolenko, los centrocampistas Sydorchuk y Shaparenko o los delanteros Tsygankov y Verbic.
Además, el Dinamo, actual campeón de Ucrania, cuenta con los servicios del ariete venezolano Eric Ramírez, y con la dificultad de suponer un desplazamiento largo hasta el frío país del este.
Pese a todo, el Barça de Ronald Koeman figura como favorito para estar en los octavos de final, ya sea como líder de grupo, un lugar que tendrá que sudar contra el Bayern, o como segundo, apartando de la carrera a Benfica y Dinamo de Kiev.