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Ben Oude Kamphuis, de 53 años, ingresó por la frontera norteña en su Chevy de 1955, tras un viaje de cinco meses que comenzó en San Francisco e incluyó desierto, montaña y selva en su camino por 12 países hasta el anfitrión del Mundial.
“No sé cómo lo hicimos pero estamos en Bahía, Salvador, así que lo hizo (el vehículo). Todos mis respetos para el viejo camión “'Nellie'”, dijo Oude Kamphuis a Reuters el jueves, mientras era asediado por hinchas y niños que querían una fotografía con un hombre vestido de pies a cabeza del naranja holandés, zuecos, un sombrero enorme y lentes.
Oude Kamphuis no es lo único que atrae. “Nellie”, también pintada de naranja, está decorada con las huellas de las manos de niños con discapacidades con los que trabaja en San Francisco, además de banderas, zapatillas de fútbol, objetos de interés y miles de firmas de personas con las que se cruzó durante su aventura.
La parte de atrás de la camioneta está decorada con las divisiones de una pelota de fútbol y pintada de diferentes colores. “A través del fútbol el mundo se une, todos miran el Mundial, y es tan poderoso que a través del fútbol no hay diferencias entre ningún país”, dijo Oude Kamphuis, quien reside en Estados Unidos desde hace 28 años.
Tras llorar luego de las derrotas de Holanda en las finales de los Mundiales de 1974, 1978 y 2010, Oude Kamphuis declaró que conduciría a “Nellie” hasta Brasil.
“Le dije a mi hijo, tengo que ir, los holandeses no pueden superarlo, así que tengo que ir”, comentó. Emprendió el camino sin entradas para los partidos. “Eso no era realmente importante para mí”, dijo Oude Kamphuis, señalando mensajes en su camión pidiendo el fin del racismo y la discriminación.
“Era sobre la celebración del fútbol, pero también la celebración de la gente”, agregó. Oude Kamphuis, que organiza formas de esparcimiento terapéutico para niños con capacidades diferentes, pasó noches en la parte trasera de la camioneta en un dormitorio improvisado cubierto con bufandas de equipos de fútbol holandeses, y terminaba el día con charlas en escuelas para niños minusválidos.
Tras celebrar su llegada a Salvador, donde Holanda comienza su campaña mundialista contra España el viernes, incluso pudo conseguirse una entrada para el partido. “¡Voy al partido!”, dijo, mientras otro hincha intentaba pedirle una fotografía.